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Hechos, no opinión: algunos datos sobre acoso callejero

Hechos, no opinión

[Algunos datos sobre acoso sexual callejero]

16 Nov 2018 | Conversemos, Redactora: Ine

Seguro alguna vez ibas caminando por la calle y un varón te dijo alguna grosería, opinó sobre tu cuerpo o intentó tocarte. Quizás hayas tenido que ver a un desconocido masturbándose frente a vos o mostrándote su pene. No es un caso aislado: es acoso sexual callejero y lo sufrimos a diario todas las mujeres. Te invitamos a conocer datos sobre este fenómeno y cómo nos afecta desde que somos niñas.

Quizás nunca habías pensado en el acoso sexual callejero como un fenómeno social, es decir, como algo que sucede en todas partes del mundo y que afecta a todas las mujeres. Pero seguro tuviste alguna experiencia propia o conociste casos de amigas a las que les pasaron situaciones desagradables en la calle con desconocidos varones.

Y no, no tiene que ver con cómo te vestís, te movés o te comportás en la calle. Tiene que ver con el machismo en su máxima expresión: en el hecho de que el hombre siente que tiene derecho a opinar sobre tu cuerpo o incluso disponer de él sin tu consentimiento.

Sí es para tanto

¿Alguna vez te pasó de comentar que te dijeron algo en la calle que te disgustó y que te respondieran que fue tu imaginación, que no era para tanto o que eras una exagerada por enojarte por un piropo? La mejor manera de responder a este tipo de comentarios es con datos concretos que visibilicen el problema.

Colectivo Catalejo se encargó de recoger datos sobre las experiencias de acoso que viven las mujeres uruguayas para poder generar información y dimensionar el problema. Para eso, en marzo lanzó la campaña Libre de acoso y habilitó una web para denunciar este tipo de situaciones. En noviembre, presentó el libro No me halaga, me molesta que recoge distintos análisis de los datos y supone el primer aporte teórico sobre este problema en nuestro país.

Cifras sobre acoso callejero en Uruguay

De todas las personas que denunciaron haber sido acosadas, el 91 % fueron mujeres y un 2 % mujeres y varones trans. En el 93 % de las denuncias, los acosadores fueron varones.

Si bien la mayor cantidad de denuncias fueron realizadas por mujeres de entre 19 y 25 años, el segundo tramo de edad con más denuncias fue el de 11 a 18 años, lo que, según el libro, demuestra “el alto riesgo que viven en nuestro país las niñas y adolescentes en su integridad física y psicológica cuando circulan libremente por las ciudades”.

Las cifras muestran que el acoso callejero se da con mayor frecuencia en la tarde. El libro explica que el hecho de que haya menos situaciones en la noche puede explicarse porque las mujeres han dejado de realizar actividades en la calle a estas horas, principalmente por miedo. “Esto muestra que la ciudad no es un espacio seguro ni a la luz del día ni en la noche para las mujeres”, afirma la publicación.

Tipos de acoso callejero

El libro clasifica los tipos de acoso callejero que pueden sufrir las mujeres. Los más denunciados son el acoso verbal y el acoso verbal grosero (53 % del total de denuncias). Otras modalidades de acoso, por orden de cantidad de casos denunciados son el tocamiento, la persecución, el acoso expresivo, la exhibición de genitales, la masturbación, el acoso físico y las miradas constantes.

Lo que sienten las víctimas de acoso callejero

En una parte del libro se analizan las emociones que sienten las mujeres que experimentan una situación de acoso callejero. Las dos principales son asco y miedo, seguidas de impotencia y bronca. El libro realiza un gráfico que recoge las distintas respuestas, donde las palabras más grandes son las que se repiten más entre las distintas denuncias recibidas en la web.

Colectivo Catalejo

¿Qué pensás de estas cifras? ¿Te sentís identificada? Lo importante es que sepas que no estás sola y que no tenés ninguna culpa cuando te pasa algo de esto en la calle. Hay que romper el silencio y aportar información para visibilizar este problema y trabajar para cambiarlo. ¡Juntas somos poderosas!

Ine Me gusta todo lo que tenga que ver con las letras: leo, escribo, corrijo, vivo entre papeles y pantallas. No puedo vivir sin descubrir música nueva.

Fotografía: Colectivo Catalejo

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