Una experiencia con sentido
¿Cómo construyen sus identidades las personas ciegas? ¿Qué significado tienen los estereotipos de belleza para personas que no pueden ver? La artista visual uruguaya Pau Delgado Iglesias explora estas y otras preguntas en una muestra que surge como resultado de sus conversaciones con personas ciegas de nacimiento en diferentes ciudades del mundo. Conocé más sobre la muestra, que se exhibe en el MNAV.
Estar igual que el resto
Estar igual que el resto es la primera muestra individual de Pau Delgado Iglesias en el Museo Nacional de Artes Visuales. Es, como menciona la presentación de la muestra, el resultado de una serie de conversaciones con 22 personas ciegas de nacimiento en diferentes países (Uruguay, Perú, Cuba, Inglaterra, Chile, Argentina, Paraguay y Suiza).
La artista explora con esta obra cómo se construye la identidad cuando las imágenes están ausentes en un mundo caracterizado por la hipervisualidad. La curadora de la muestra, Andrea Giunta, escribió un texto de presentación y en él habla sobre el feminismo artístico, que se encarga de problematizar la mirada unifocal, externa y totalizadora que se impone sobre los cuerpos. Para la curadora, lo que hace la artista es desandar ese camino y poner en escena las experiencias de otros cuerpos que han sido constantemente rechazados por los demás y por el mismo sistema.
Una experiencia sensorial
La muestra tiene lugar en el segundo piso del museo, y para llegar a ella hay que cruzar un puente con escaleras (siguiendo la tradición sistemática de excluir cuerpos). Al llegar, lo primero que se ve es el título de la muestra a la izquierda y un texto de la curadora al fondo de ese primer espacio. Enseguida, a mano derecha, hay un pasillo en total oscuridad. Este tipo de instalaciones genera sorpresa y puede ocasionar incomodidad, ya que se aleja de las expectativas clásicas de quienes asisten a un museo para observar una muestra artística.
Al instante de entrar al área en oscuridad se crea una sensación de desorientación, sobrecargada por la música que sale de unos parlantes ubicados en la parte superior de la sala. Así se logra que este nuevo espacio se separe del resto del museo. A tientas se continúa hasta el final, donde se encuentra un sillón iluminado por una tenue luz producida por tres proyectores que apuntan a tres paredes diferentes y que rodean a quien ingresa con imágenes y sonidos que se van alternando. El propósito detrás de este pasillo oscuro no es que las personas visitantes experimenten la falta del sentido de la vista, sino ayudarlas mediante la disminución de los estímulos visuales para que estén en las mejores condiciones de apreciar el contenido de la muestra.
Pese a que es una obra audiovisual, las imágenes proyectadas nunca llegan a ser totalmente claras. Las figuras son siluetas que se mueven en un fondo de luz que encandila y solo cuando la vista se acostumbra a la penumbra comienzan a notarse pequeños detalles que dan cuenta del cuidado con el que fue creado ese espacio. Esto puede verse en la coordinación de los tres proyectores al movimiento continuo de objetos de una pared a la otra (a veces es el tránsito del fondo, otra vez se trata de un gato, otras veces la voz de una silueta llega del lado contrario por el que se proyecta).
Como bien expresa Giunta en su nota de curadora, todo esto lleva a una experiencia inmersiva, cargada de afectividad, que nos ayuda a entender la situación de las personas que participan en la muestra. Todas las personas entrevistadas hablan de sus vidas como personas ciegas, desde lo mundano que puede ser identificar la llegada de la mañana hasta la experiencia de la intimidad, las relaciones afectivas o las vivencias de los estereotipos socioeconómicos.
¿Puede tener prejuicios una persona que no se ve afectada por esta sociedad hipervisual? ¿Cuál es el canon de belleza que manejan? ¿Qué entienden por colores? ¿Cómo construyen su identidad de género? Todo esto es tratado en la exposición con entrevistas en español, inglés y francés, en una especie de debate entre las diferentes perspectivas.
Conocé más sobre la artista
Pau es artista visual y profesora en la Escuela Nacional de Bellas Artes y en la Facultad de la Cultura del CLAEH. Hizo una maestría en Industria Cultural en Goldsmiths, en la Universidad de Londres, y obtuvo un diploma en Género y Políticas Públicas en la Universidad de la República. Además, escribe columnas de opinión quincenales en el semanario Búsqueda. Como artista, ha presentado sus trabajos en Uruguay en el Museo Nacional de Artes Visuales, el Espacio de Arte Contemporáneo, la galería Xippas y el Centro de Exposiciones SUBTE. También expuso en galerías, museos y espacios de arte en Argentina, Estados Unidos, República Checa, Suiza, Austria y Sudáfrica.
¿Dónde puedo ver la muestra?
Estar igual que el resto se exhibe en la Sala 3 del Museo de Artes Visuales (Tomás Giribaldi 2283) hasta el 1 de setiembre. Puede visitarse de martes a domingo entre las 13.00 y las 20.00, con entrada gratuita.
Podés acceder al catálogo de la muestra, con los textos de presentación y varias imágenes, aquí.