Abolicionismo y regulacionismo: ¿qué es eso?
Quizás en alguna charla sobre feminismo o en alguna movilización te hayas topado con los términos “abolicionismo” y “regulacionismo”. ¿Tenés idea de qué significan? Se trata de dos posturas opuestas en torno a cómo considerar la prostitución o el trabajo sexual y a qué sería lo mejor para las mujeres que lo ejercen. En esta nota te traemos un primer acercamiento a este debate.
Los feminismos luchan juntos por los derechos de las mujeres, pero hay algunos asuntos que generan tensiones vinculadas con distintos modos de ver e interpretar la realidad que nos rodea. El trabajo sexual o la prostitución es uno de esos temas complejos, que generan perspectivas encontradas y no siempre es fácil posicionarse en una u otra. Aquí te ofrecemos una definición básica de cada postura, para que tengas una base sobre la que profundizar y formar tu propia opinión.
¿Qué es y qué propone el abolicionismo?
Como su nombre lo indica, lo que pretende es abolir —es decir, buscar eliminar— la prostitución. Estos movimientos entienden que la prostitución no puede ser considerada un trabajo, porque es una forma de violencia machista. Entienden que normalizar o legalizar la prostitución fortalece al patriarcado.
Las abolicionistas consideran que la decisión sobre el propio cuerpo no debe habilitar a nadie a convertirlo en una mercancía al servicio de los hombres, y que si existe la prostitución es precisamente por el orden social que ha puesto a la mujer en una posición de objeto.
Para las abolicionistas, entonces, la prostitución no es trabajo, sino explotación, mientras que las prostitutas no son trabajadoras, sino víctimas. Desde esta perspectiva se denuncia que la prostitución expone a quienes la ejercen a ser víctimas de trata de personas. Por eso están en contra de la regulación.
A diferencia del prohibicionismo, que busca prohibir la prostitución (y, por ende, transformarla en una actividad clandestina), el abolicionismo no castiga a la mujer que se apoya en la prostitución para sobrevivir, sino que ataca a los prostituyentes (proxenetas o clientes). Lo que se busca desde el abolicionismo es cambiar las condiciones materiales para que las mujeres no tengan que recurrir a la prostitución, lo que implica también abolir los roles patriarcales que sostienen esto.
¿Qué es y qué propone el regulacionismo?
El concepto de prostitución como trabajo sexual surge a partir de que las propias mujeres que se dedican a ello comienzan a organizarse para reclamar mejoras en sus condiciones de vida. El regulacionismo surge entonces de la mano de la formación de sindicatos de trabajadoras sexuales y en alianza con colectivos feministas.
Las regulacionistas entienden que la prostitución es una actividad que implica explotación, pero como pueden considerarse explotación otros múltiples trabajos que sin embargo no reciben el mismo cuestionamiento social o estigma. Las mujeres que se dedican al trabajo sexual lo hacen como modo de supervivencia y lo consideran como una elección entre otras posibles.
Algunas regulacionistas consideran que el trabajo sexual surge desde el plano de la libertad individual, es decir, de la libre decisión sobre el propio cuerpo de quienes deciden comerciar servicios sexuales. Otras entienden que ante la realidad de las miles de mujeres que actualmente ejercen la prostitución, ya sea por decisión libre u obligadas por las circunstancias, es necesario garantizarles condiciones de vida y derechos equiparables a las de otros trabajadores.
Como verás, es un debate complejo que atraviesa las formas en las que se pueden entender los derechos sobre el propio cuerpo, la moral, la autonomía y los sistemas de opresión que nos atraviesan. Es importante que conozcas estas temáticas para que puedas pensar críticamente sobre el mundo que te rodea y formar tus propias perspectivas.
Me gusta todo lo que tenga que ver con las letras: leo, escribo, corrijo, vivo entre papeles y pantallas. No puedo vivir sin descubrir música nueva.