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Ilustración de animales rodeados de flores
Ilustración: Chech

¿Qué es el feminismo antiespecista?

29 Oct 2020 | Conversemos, Redactora: Rusa

Quizás hayas escuchado o leído: “no hay nada más patriarcal que comerse un animal”. Es una de las frases que se han popularizado dentro del movimiento feminista denominado antiespecista. Hoy te contamos un poco más qué implica esta rama del feminismo.

¿Qué es el antiespecismo?

El antiespecismo es una posición política que considera que todos los seres vivos, y no solo los humanos, son sujetos de derecho y su vida tiene el mismo valor. El especismo, por lo tanto, es la postura opuesta: los animales son tratados como objetos.

Para el antiespecismo, entonces, no deberíamos ejercer contra los animales violencias que no aceptaríamos contra los humanos: matar, encerrar, maltratar, lastimar, manipular su cuerpo, robarles su leche y sus crías…

¿Qué es el feminismo antiespecista?

En principio, el feminismo y el antiespecismo son dos movimientos diferentes, pero que se pueden cruzar en ciertos aspectos. Si bien la postura del feminismo antiespecista no entra dentro del concepto clásico de la interseccionalidad, este movimiento se define a sí mismo como interseccional.

El feminismo antiespecista plantea que no se puede luchar por los derechos de las hembras humanas ignorando al resto de las hembras, que también sufren opresiones y violencias. Según este movimiento, en el machismo (o en el patriarcado) y en el especismo, respectivamente, mujeres y animales son considerados seres inferiores que se pueden violentar y mercantilizar.

Entre sus planteos, el feminismo antiespecista señala que son las hembras las que se llevan la peor parte dentro del mundo animal: las violan y las hacen parir sin cesar, les quitan su leche o sus huevos y sus crías. ¿Los animales macho no sufren? Sí, pero se considera que en menor medida, ya que no tienen capacidad gestante.

Por otra parte, hay un detalle del antiespecismo que es distinto al de otros movimientos: los animales no pueden manifestarse por sus derechos, entonces hay que hacerlo por ellos.

Un poco de historia y contexto

Las primeras mujeres activistas por los derechos de los animales datan de la época victoriana, en Inglaterra, y se nucleaban en la Sociedad Nacional Antivivisección. ¿Su cometido? Evitar que se siguiera experimentando en animales en la facultad de Medicina. ¿Dato de color? Tuvieron el apoyo de la reina Victoria.

Desde sus inicios, los movimientos antiespecistas han estado mayoritariamente liderados por mujeres, por lo que es entendible que haya surgido un movimiento como el feminismo antiespecista. Por otro lado, casi todos los oficios y prácticas relacionados a la tortura animal son oficiados mayoritariamente por hombres: torería, caza, ganadería…

Un punto que une la lucha contra el patriarcado y la lucha contra el especismo es la similitud en estructuras de opresión y consumo, como menciona Carol J. Adams en su libro La política sexual de la carne: en un mundo patriarcal, la construcción del varón está íntimamente ligada a lo que consume: carne y mujeres. El hombre NECESITA carne para tener fuerza, así como NECESITA tener sexo y, como plantea la autora, “consumir” una mujer.

Lo personal es político en todos los niveles

Desde el feminismo antiespecista, tomando la idea de que “lo personal es político”, cuestiones como el veganismo dejan de pertenecer a la esfera privada (una decisión personal como cualquier otra) y pasan a ser parte de la esfera pública (política).

En definitiva, esta rama del feminismo entiende que, si las mujeres consideramos al antiespecismo como una lucha secundaria, no estaríamos revisando nuestros privilegios. Sostiene que podemos luchar por nuestros derechos y también por los de otros colectivos, especialmente si estos no tienen capacidad de manifestarse por sí mismos.

En su libro Teoría King Kong, Virgine Despentes da un ejemplo de esta lógica, aplicada al machismo: “Los hombres denuncian con virulencia las injusticias sociales o raciales, pero se muestran indulgentes y comprensivos cuando se trata de la dominación machista. Son muchos los que pretenden explicar que el combate feminista es secundario”.

Entonces… ¿comerse un animal es lo más patriarcal?

Yo soy vegetariana, feminista y antiespecista. En mi opinión, la respuesta a esta pregunta es no. En un mundo donde nos matan, nos violan, nos abusan constantemente, no puedo considerar que es más patriarcal comer asado que los femicidios. Si bien considero que hay relaciones entre las diferentes formas de opresión y los sistemas de poder en los que vivimos (patriarcado y capitalismo), y por eso la interseccionalidad es tan importante, las violencias que vivimos las mujeres día a día son objeto del feminismo y no podemos quedarnos en la discusión absurda y que no lleva a ningún lado de “¿qué es más patriarcal?”.

No creo que debas sentirte mal por comer carne, o soportar que alguien te diga que sos menos feminista por eso. Muchas veces, el feminismo es el caballito de batalla para tirarnos pesos que no nos corresponden. Es otra versión del clásico: “¿y por qué las feministas no luchan por…?”.

El feminismo, a secas, busca los derechos de las mujeres. Luego, vos tenés el derecho de ir creciendo, leyendo, aprendiendo sobre otras luchas y sumarlas a tu feminismo. Pero si aún no es el momento, por la razón que sea, comete esa hamburguesa sin culpa.

Rusa Amo las papas fritas. Machista en reconstrucción hacia un feminismo que nos libere. Una vieja de alma en un cuerpo relativamente joven. Escribo, corrijo, edito, leo, duermo
Ilustradora: Chech
Este artículo fue ilustrado por una colaboradora externa al equipo de Harta. ¡Sumate vos también! Acá podés encontrar un formulario para ponerte en contacto con nosotras para que publiquemos tus palabras

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