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Celular con una bomba detrás y el texto "enviando..."

Del carnaval al liceo: sobre las denuncias en redes

[Editorial]

24 Ago 2020 | Conversemos, Editorial

Hace tiempo ya que las mujeres nos estamos animando a denunciar públicamente situaciones de abuso, acoso o violación por redes sociales. En su momento fue el #metoo, después el #mirácómonosponemos y más adelante otro montón de hashtags que agrupan y visibilizan situaciones por las que pasamos en algún momento todas las mujeres. En los últimos días surgió en Uruguay #MeLoDijeronEnLaFmed, que enseguida dio lugar a hashtags similares sobre la Facultad de Derecho y los liceos de todo el país, y también una cuenta de Instagram que recopila situaciones relacionadas a los varones del carnaval.

Visibilizar estos problemas abre las puertas a que un montón de personas (varones, casi siempre) salgan a decir que no es tan así, que no es verdad, que qué exageradas. Y es ahí cuando, más que nunca, tenemos que reafirmar que les creemos a las mujeres que salen a hablar y contar su experiencia.

Creerles y creernos a las pibas es importante porque es a través del apoyo (virtual o presencial) que podemos darnos cuenta de que no estamos solas, de que no fue nuestra culpa, de que nada justifica las violencias que sufrimos. Creer es una postura política, porque desde ahí es que empezamos a responsabilizar a los verdaderos culpables.

Creer es también saber que no somos exageradas y que no lo estábamos “pidiendo”. Que muchas veces pasamos por situaciones en las que no dimos consentimiento. Que capaz al principio queríamos, pero después no, y revocamos el consentimiento y eso no fue respetado. Creer también es saber que el consentimiento no existe cuando consumimos sustancias que no nos dejan tomar una decisión consciente y clara, y tampoco cuando la otra persona nos saca muchísimos años y está en una situación de poder.

Porque las movidas de los últimos días están todas relacionadas al abuso de poder. A situaciones en las que un hombre con mayor jerarquía abusa de esta. Esto se puede dar en un salón de clase, en un trabajo, en el hogar, en un espacio cultural en que el varón es admirado por un montón de mujeres, muchas de ellas gurisas menores de edad.

Entendemos la importancia de realizar las denuncias correspondientes en el ámbito legal, pero también entendemos que son procesos extremadamente difíciles: largos, dolorosos, muchas veces carentes de empatía hacia la víctima. Y, además, no todas las situaciones violentas y abusivas son legalmente denunciables, como cuando los hombres abusan de su poder insistiendo, molestando o haciendo comentarios desubicados sobre nuestro cuerpo. Por eso, las redes sociales se transforman en un buen medio.

¿Cómo denunciar públicamente sin correr riesgos?

Nada de lo que pongamos en redes debe ser en tono acusatorio hacia alguien con nombre y apellido. Ya hemos visto que pueden radicar denuncias por el delito de difamación e injurias. Si te parece necesario hacerlo, que sea de forma anónima, como las situaciones expuestas en la cuenta de varonescarnaval. Antes que todo, autocuidado.

Solo debemos hacernos cargo de nuestras propias experiencias. Si bien es cierto que cuando una se anima a hablar les da fuerzas a muchas, no podemos hacernos cargo de lo que cuentan nuestras compañeras. Apoyémonos entre todas, estemos ahí para contenernos, pero no somos responsables de lo que deciden hacer las otras.

No pongamos información personal de los varones de los que hablamos (teléfono, mail, dirección). Difundir esta información es contraproducente y no suma a nuestro relato. Si el fin es contar experiencias o alertar a nuestras compañeras, pensemos si estos datos son realmente útiles o no. Y si no lo son, su difusión nos puede traer serios problemas legales.

Si nos llega una intimación judicial de parte del varón para que borremos la publicación, borrémosla. La semilla ya está sembrada. Ya se dijo de él lo que había que decir, las compañeras ya están alertadas. Cuidémonos. No nos sirve una mujer perseguida por la justicia, la queremos libre y en la calle.

Lo mejor es dejar la publicación unos días y borrarla. Aunque no haya ocasionado ninguno de los problemas anteriores, estas cosas suelen ser bombas de tiempo.

Recordemos que la lucha es colectiva, que estamos para cuidarnos y que juntas somos poderosas.

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