¿Cómo sobrevivo a las fiestas si soy la única feminista en mi familia?
Cada vez que empieza diciembre, el calor nos sofoca, el tránsito se hace imposible, los ómnibus están siempre repletos… además, las pruebas, exámenes y entregas ya nos venían dejando agotadas y propensas al mal humor. Por si todo esto no fuera suficiente, tal vez tengas que convivir estas fiestas con tu familia extendida y mentalmente ya te estés preparando para escuchar comentarios machistas. Nadie está exento de reproducir conductas patriarcales, y tus tíos, tías o primos no son la excepción.
La previa
Algo que tenemos que tener claro es que en la dinámica de una cena familiar los roles de género se pueden ver constantemente marcados: a nosotras se nos exigirá que planeemos el menú, decoremos, lavemos y ordenemos. Son tareas muchas veces impuestas, y si no queremos cooperar, en general nos sentimos culpables. Por el contrario, es común que los varones se encuentren haciendo el asado, tomando alcohol y hablando de fútbol.
A su vez, si ponemos algún programa musical de los que emiten los canales de TV abierta seremos bombardeadas por mensajes que continúan perpetuando los roles de género. Muchos de los hits que pasan en esos días o son viejos o tienen letras con temáticas insostenibles y estribillos pegadizos que deseamos olvidar.
La cena
Hay altísimas posibilidades de que en este año electoral se hable de política, y si te interesa participar en la conversación, quizás sientas que no toman en cuenta tus comentarios alegando que sos muy chica, que no sabés nada, que te falta vivir para entender el mundo. A esa actitud se le llama adultocentrismo y estará a la orden del día: te lo marcarán tanto tus tíos como tus primos que te llevan solo un par de años.
El problema acá no es la edad que tengas, sino que estés discrepando con una idea siendo mujer y joven. Por contarte un ejemplo personal, me ha pasado que en fiestas familiares me han dicho que no puedo opinar de literatura, cuando soy profesora de esa materia. Parece que nunca vamos a saber lo suficiente como para que nuestros argumentos sean considerados.
Probablemente quieras desistir de hablar con los varones de la familia y te acerques a tías o abuelas… y terminen preguntándote si tenés novio. Siempre van a preguntarte por un novio, porque otra de las complicaciones con las que te podés enfrentar son la cisheteronormatividad y el amor romántico.
De forma más o menos directa, muchos intentarán imponerte las expectativas que la sociedad reafirma constantemente. Por eso, siempre van a soñar con que te cases y tengas hijos. Este tipo de preguntas pueden ponerte en una situación incómoda, más si no sos hetero y aún no saliste del clóset.
La sobremesa
Quizás encuentres a alguna integrante de la familia a la que no ves muy seguido, alguien con quien podés intercambiar ideas y reafirmar lazos sororos, siempre que lo veas como un espacio seguro. También podés empezar hablando del amor libre de violencia, que es un asunto en el que la mayoría suele estar de acuerdo, y de ahí derivar a temas más polémicos, como el poliamor o las identidades trans. Tal vez termines la noche recomendando libros feministas para leer en el verano y quien sabe, hasta llegues a sumar más compañeras a la militancia feminista.
En una próxima entrega te vamos a dar algunas recomendaciones para que pasar las fiestas en familia sea lo más cercano a una celebración (y también un poco de militancia, que siempre nos acompaña).