¡Hagamos voluntariado!
[Artículo de opinión]
Ya estuvimos conversando un poco sobre el voluntariado y lo que nos mueve a hacerlo en la primera parte de este artículo. Ahora quiero contarte otro tipo de ventajas que también tiene el trabajo voluntario y acercarte a posibilidades que tenés acá bien a la mano.
Cerquita de casa
Cuando oímos hablar de voluntariado, parece una de esas cosas de películas de Hollywood en las que los protagonistas se toman un año sabático para ir a ayudar a construir chozas de barro en África. Suena a algo lejano a nosotros e imposible, ¡pero nada que ver!
Acá en Harta sabemos bien de esto, porque —por si no lo sabías— la revista sale gracias al trabajo voluntario de todas las integrantes. Así que ahí ves: algo tan a la mano como la revista que estás leyendo ahora es producto del voluntariado.
Un bien a la comunidad y a nosotros mismos
En el mundo en el que vivimos, el voluntariado es un poco dejado de lado porque no se asocia con producir y generar dinero, como si ese fuera el objetivo de nuestras vidas. Sin embargo, la actividad de voluntariado te puede dar muchísimas más satisfacciones de las que te puedas imaginar.
El voluntariado, sea en el área que sea, contribuye a formar un mundo mejor y hace mover energías positivas, además de acercarte a gente copadísima que comparte tus mismas ideas y pasiones. Si alguna vez hiciste voluntariado, sabrás lo hermoso y gratificante que es poder ayudar en algo. Pero, por si fuera poco, ¡también le hace bien al cuerpo! La facultad de medicina de Harvard, por ejemplo, ha publicado un montón de estudios en los que se asocia el voluntariado a mejores niveles de salud.
¿Cómo hago para empezar?
No precisamos irnos un año a ningún lado, aunque por supuesto que si tenés la oportunidad de hacerlo, la experiencia va a ser increíble. Podemos hacer un montón de cosas desde acá. Es solo cuestión de ponerle ganas, buscar el área que mejor se adapte a tus intereses y tiempos ¡y listo!
Te pasamos algunos piques para tener en cuenta:
- Pensá en qué áreas te gustaría colaborar. Hacer voluntariado siempre es divino, pero es mejor si es en un rubro que te copa, porque te va a motivar más a seguir yendo. ¡Hay miles de lugares que necesitan voluntarios! Refugios de animales, fundaciones que cuidan bebés, organizaciones que dan clases de apoyo, grupos de recreación para niños o para personas sin hogar, hogares para la tercera edad… ¡la lista es eterna! Muchos centros educativos y religiosos también tienen programas de voluntariado e incluso el Estado tiene su propia planificación anual para la cual te podés inscribir. En Involucrate también podés conectarte con organizaciones que precisan voluntarios. ¡Opciones no faltan!
- Fijate cuánto tiempo le podés dedicar al voluntariado. No hay que olvidarse de que tenemos actividades que necesitan de nuestro tiempo y energía. Es fácil querer meterse en miles de cosas para ayudar, pero es mejor que seas realista en cuánto tiempo le vas a dedicar, así no te ves sobrepasada (¡no te olvides del autocuidado!). También podés decidir si vas a colaborar asiduamente o solo en eventos puntuales.
- Mantené una constancia. Los consejos anteriores te deberían ayudar a esto. El mayor problema de las organizaciones que trabajan con voluntarios suele ser que la participación es muy volátil; a veces arrancamos con todo el ímpetu, pero después el estudio o trabajo nos cortan las alas. Por eso, lo mejor es ser realista y comprometerte solo hasta donde sepas que vayas a poder dar. Y luego, mantener ese compromiso.
Algo que es bueno para la comunidad, para la persona y para el mundo es algo que vale la pena probar, ¿no te parece?
Cin Bichito luchando contra el mundo since 1984. Tengo tantas cosas que quiero leer, escribir, aprender y probar, tanta música para escuchar, tantos lugares para conocer y tantos gatitos para acariciar que no me va a dar la vida, pero moriré intentando.