Foto: RebelArte
Cuando el pasado vuelve: las pancartas de la JUP
Pero, primero: ¿qué es la JUP?
La Juventud Uruguaya de Pie fue una organización surgida en los 70 (en la “previa” a la dictadura) que terminó disolviéndose en 1974. Caracterizada por ser ultraderechista, nacionalista y anticomunista, se encargó de promover el odio en el ámbito de la educación secundaria.
Con la violencia como una de sus principales herramientas, supieron pararse en la puerta de liceos como el Dámaso (zona por donde la JUP hacía de las suyas impunemente), armados, esperando a la salida para “darle palo” a quien pensara diferente.
Hoy estas viejas banderas cargadas de odio vuelven a levantarse, reivindicando discursos que parecían haber quedado olvidados… o que al menos no se escuchaban con orgullo a plena luz del día.
Cuatro décadas, un país distinto
La JUP surgió en un contexto muy diferente al de ahora. Con un gobierno de carácter represivo y una dictadura militar a la vuelta de la esquina, no sorprende —o al menos no tanto— el surgimiento de grupos o de organizaciones de esta índole. Sin embargo, hoy en día vivimos en un país democrático, en el cual este tipo de manifestaciones violentas eran cosa del pasado. No nos esperamos llegar al liceo y toparnos con estos hechos, que son sumamente preocupantes ya que implican un enorme retroceso.
Entonces, ¿qué hacemos?
Ante amenazas como esta, las y los estudiantes debemos saber cómo pararnos. Los gremios estudiantiles son el pilar fundamental para dar este tipo de luchas, por lo que es importantísima la participación y la construcción de estos espacios.
En tiempos donde la militancia estudiantil se ve amenazada, es esencial fortalecer los gremios. Debemos tomar la tarea de informar tanto sobre nuestra función e importancia como de las diferentes luchas que el movimiento estudiantil supo dar históricamente.
Es nuestra responsabilidad mantener viva la memoria y no permitir que queden en el olvido los nombres de nuestras y nuestros mártires, quienes perdieron sus vidas luchando contra los mismos que hoy reaparecen muy impunes, pretendiendo instalar nuevamente estos discursos de odio en nuestra sociedad.
Al fascismo se lo combate con memoria, organización y lucha.