¡Ayuda! Tengo estrías
Hay algo que casi todas las mujeres tenemos en común: las estrías. Si ya te desarrollaste, lo más probable es que te hayan empezado a salir por diferentes partes de tu cuerpo. Y quizás tu madre o abuela te hayan dado consejos sobre cómo eliminar estrías.
¿Qué son las estrías?
Las estrías son marcas que quedan en nuestro cuerpo por el rápido estiramiento de la piel, y comienzan a salirnos en la etapa de desarrollo. En ese momento el cuerpo cambia de forma muy rápida, ya sea porque empezamos a tener curvas o incluso porque engordamos, ¿por qué no? Eso hace que aparezcan estas líneas como rayos, primero rojizos y luego bien pálidos, que decoran nuestra piel. Podés encontrarlas en las piernas, la cola, la panza, los senos, los hombros… básicamente, en todo lugar que haya pasado por un rápido cambio físico.
¿Es necesario eliminar las estrías?
A pesar de que casi todas las mujeres tenemos estrías, estas se suelen considerar un problema. Si buscás “estrías” en Google, lo único que te aparece es un listado con los mejores tratamientos y productos para eliminarlas. ¿Por qué? Desde chiquitita, incluso desde antes de que te aparezcan, te enseñan que las estrías (junto con la celulitis) son algo a ocultar, a odiar, a eliminar. ¡Pero queremos contarte que no es así!
Cada vez más, las mujeres se están animando a aceptar su belleza natural. Celebridades como Lady Gaga, Halsey y Jessica Alba están orgullosas de decir que sí, que las tienen, ¡y eso no las hace sentir menos hermosas!
Nuestros cuerpos tienen historia y esas marcas son parte de ella; aceptarlas nos hace sentir más seguras en nuestra propia piel, nos hace querernos más, y eso se trasluce al exterior como pura belleza.
Te dejamos algunas fotos y un video divino de Hayley Kiyoko para que lo compruebes vos misma.
Whatevs pic.twitter.com/D67Qtt12gv
— christine teigen (@chrissyteigen) 19 de enero de 2017
Ya sabés, antes de enloquecerte buscando métodos para eliminar las estrías, cambiá el enfoque: si es algo natural, ¿por qué ocultarlo?
Sofía 18 años y con la meta de cambiar el mundo. Mis días se resumen en cocinar, estudiar y tomar mate. Escritora aficionada y pseudo editora (en entrenamiento). Copada con escribir sobre género, sexualidad y todo aquello que me tenga harta.