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En la parte inferior izquierda hay un soldado oculto atrás de maleza con un arma de fuego, en guardia. Del otro lado de la maleza hay una paloma blanca. La imagen va en un degradé rosado a amarillo, con el rosado abajo, este último recuerda el color elegido para el No a la Reforma.

Elecciones que sí y elecciones que no

Este año no es un año como cualquier otro. Es un año de elecciones. Y no solo eso: además de elegir a un nuevo presidente y parlamento, se va a votar un plebiscito. ¿Qué es un plebiscito? ¿Qué propone el que habrá en octubre? ¿Qué consecuencias tendrá si se vota afirmativamente?

No importa si este año ya votás o todavía no: las elecciones nacionales son (o deberían ser) importantes para todas, ya que el resultado impactará con fuerza en nuestras vidas. Hoy quiero centrarme un poco en el plebiscito que habrá junto con las elecciones presidenciales, para que sepas en qué consiste y qué implicancias tiene.

Plebiscito: ¿qué es eso?

El plebiscito es el último paso a la hora de reformar la Constitución del país. Existen muchas formas de proponer una reforma de este documento, pero todas ellas deben terminar en plebiscito, es decir, en una votación del total de los ciudadanos habilitados a votar en la que deben decidir si apoyan o no el proyecto de reforma.

 

Por iniciativa del 10% de los ciudadanos habilitados a votar; Por proyectos de reforma que reúnan dos quintos del total de componentes de la Asamblea General (senadores + diputados); Por iniciativa de los Senadores, los Representantes y el Poder Ejecutivo, convocando a una Convención Nacional Constituyente de ser aprobada; Leyes constitucionales aprobadas por dos tercios de cada cámara del Poder Legislativo

O sea, cuando hay un proyecto que busca reformar el conjunto de normas más importante de nuestro país, debe ser puesto a consideración de los ciudadanos para que lo acepten o no.

Y el plebiscito de octubre, ¿de dónde salió?

Este proyecto de reforma surgió de una campaña de junta de firmas que se tituló Vivir sin miedo y que lideró el senador del Partido Nacional Jorge Larrañaga junto a otros dirigentes de este partido.

La campaña juntó 400 mil firmas, que fueron entregadas a la Corte Electoral el 25 de febrero de este año. Se presenta como una reforma que busca una mayor seguridad pública y se basa en el argumento de que cuando aumenta la inseguridad aumenta el miedo.

¿Y qué propone?

Esta reforma propone tres cosas:

1) Habilitar los allanamientos nocturnos, es decir, que la policía pueda irrumpir en las casas durante la noche con el permiso de un juez. Esto ya puede realizarse durante el día, y hacerlo durante la noche siempre ha estado prohibido.

2) Crear una Guardia Nacional compuesta por militares para cumplir funciones de seguridad pública interior, o sea, las funciones de la policía.

3) Endurecer las penas de los delitos mediante dos acciones: la creación de la reclusión permanente revisable y la eliminación de las liberaciones anticipadas por buena conducta.

¿Reclusión permanente revisable? Esta figura permitiría que una persona sea enviada a prisión por un mínimo de 30 años (pena máxima actualmente) para luego ser evaluada y, en caso de no considerarse “plenamente rehabilitada”, imponerle la privación permanente de la libertad.

¿Por qué le decimos NO a la reforma?

En Harta nos posicionamos en contra de esta reforma constitucional y nos interesa que sepas por qué.

Porque creemos que el feminismo es el camino para construir una forma de vida que apueste a la convivencia y repudie la violencia. Creemos que esta reforma aumentará la inseguridad al aumentar la segregación y las desigualdades de clase y las étnico-raciales.

Porque esta reforma es más de lo mismo: en 2010, por un acuerdo entre todos los partidos políticos, se llevaron adelante medidas similares a las que propone esta reforma: se creó la Guardia Republicana, que le dio a efectivos militares funciones de seguridad interna y se endurecieron las penas. Esto solo logró un aumento en la tasa de homicidios y un número récord de población carcelaria. Esto quiere decir que no se redujeron los delitos, sino que siguieron aumentando.

Porque esta reforma es peligrosa: Las Fuerzas Armadas no están preparadas para intervenir en seguridad pública ni actuar con población civil, sino para la defensa de la soberanía nacional. La experiencia en otros países, como Chile, muestra que la intervención de estas fuerzas en la seguridad interna aumenta la violencia. La propuesta no garantiza la integridad física de las personas que están dentro y alrededor de los domicilios que se allanan en la noche ni la de los efectivos encargados. Andrea Tuana, experta en género, infancia, adolescencia y violencia, explica que los allanamientos nocturnos generan situaciones traumáticas de extrema violencia para los niños y adolescentes que viven en ese hogar, como explica en el video que te dejamos abajo.

Porque las cárceles uruguayas están sobrepobladas. La preocupación debería ser cómo bajar los índices de población privada de libertad, no aumentarlos. Endurecer las penas llevará a peores condiciones de vida para los reclusos y, por lo tanto, menores probabilidades de que puedan rehabilitarse y reinsertarse en la sociedad. Necesitamos políticas públicas que generen oportunidades reales de integración para quienes cometen delitos.

Decimos no a la reforma porque la militarización de las calles pone en riesgo a aquellos cuerpos más vulnerados y violentados: a los cuerpos disidentes de la norma heterosexual y patriarcal y a los cuerpos racializados. Porque nos pone en riesgo a las mujeres. Porque queremos apostar por la construcción de un mundo mejor, en el que el castigo no sea la solución.

En octubre, decimos NO a la reforma.

Podés seguir a la Articulación Nacional No a la reforma en sus redes sociales: Facebook, Instagram y Twitter.

 

Sofía

Montevideana de Florida. Hago tantas cosas que me las olvido. Lesbiana, feminista, muy politizada. Amo aprender cosas nuevas, las planillas y los sanguches calientes. 

Ilustración: Clara

En este artículo:

políticaleyes y derechos

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