fbpx
Foto donde aparece Dani en la parte inferior derecha en blanco y negro, con fondo de bandera arcoíris.

L es por lesbianas

En el Mes de la Diversidad, charlamos con personas LGBT

Esta nota es parte de una serie sobre la comunidad LGBT que saldrá cada martes de setiembre, el Mes de la Diversidad. ¿De qué hablamos cuando hablamos de personas lesbianas, gay, bisexuales y trans? ¿Cómo juega esto con otros aspectos de nuestra vida?

En esta primera nota hablamos con Dani. Ella es lesbiana, estudia profesorado de Historia y es militante feminista y LGBT en la organización social Ovejas Negras.

¿Por qué nombrarnos? 

Para Dani, nombrarse lesbiana no es algo menor, algo meramente relacionado a su vida sexual y afectiva, sino que es un acto político consciente, que ella elige llevar adelante: “creo que el ser lesbiana visibiliza la posibilidad de los vínculos entre las mujeres. Es algo que se habla muy poco y se sabe muy poco también, me parece que hay un montón de prácticas y cosas específicas a lo que tiene que ver con ser lesbiana, como la salud por ejemplo, que es necesario mostrarlo y visibilizarlo”.

“Creo que ser lesbiana es poder decirlo y poder vivir tranquilamente, ir de la mano con tu pareja por cualquier lado, no estar preocupada cuando lo tengo que contar”, agrega Dani, ya que, aunque admite que ha habido numerosos avances en materia de derechos en nuestro país, “igual la violencia es constante y es en todos los espacios y las instituciones”.

Derecho a existir 

Ya hemos hablado en Harta sobre la falta de representación de las lesbianas en los medios y sobre cómo las lesbianas que vemos en la tele son todas similares, siguen un estereotipo.

Dani opina que existen dos modelos “que nos dieron para entender cómo ser lesbiana. El estereotipo que se conoce más común, de la mujer machona, pelo corto y camisa, y también está esa mujer súper femenina, súper sensual de la pornografia”.

Porque cuando hablamos de los medios, no son solo aquellos contenidos aptos para todo público: “yo no sé hace cuánto se sabe realmente sobre cuáles son las prácticas sexuales de las lesbianas, por ejemplo. O sea, a mí me pasó en mi propio descubrimiento de no saber exactamente. Esto está muy relacionado con el patriarcado, que generó una pornografia de lesbianas que no tiene nada que ver con lo que es realmente el vínculo sexual, y eso también marca un montón de cosas, porque una se construye desde ese lado porque es desde donde lo conoce”.

¿Y qué efectos tiene esto? Tiene efectos en nuestro derecho al placer y al goce, y también en nuestro acceso a la salud. “Asumirte significa todo el tiempo estar planteando que sos lesbiana y viviendo qué es lo que genera eso en el espacio en el que estás”, comenta Dani.

 Al feminismo le faltan tortas (y otras cosas) 

Pero las lesbianas no somos solo lesbianas: como explica Dani, hay que “entender que todas las personas somos como muchas cosas también y creo que siempre está bueno incluir dentro de los grupos en los que estamos la diversidad de personas que somos”.

“Viene un poco de esa idea de la interseccionalidad, de la visión de cómo las personas somos un montón de características, y eso se observa sobre todo en los distintos espacios y distintos sistemas de opresión. Yo soy mujer lesbiana. Son determinadas características que tengo que me hacen sufrir determinadas violencias que las mujeres heterosexuales no las van a sufrir. No solo soy mujer, sino que se le suma otra cosa”, explica Dani.

“En mi caso, además, soy blanca, clase media-alta y universitaria, por lo tanto, asumo también en ese discurso y en ese relato de identificación un montón de privilegios  frente a otras mujeres, y eso también me parece importante: el que todas las personas podamos hacer como un conteo de qué es lo que somos, para entender el lugar que habitamos”, agrega.

En relación con el movimiento feminista, Dani opina que “le falta interseccionalidad en general, creo que es muy blanco heterosexual universitario» y entiende que “es difícil que el movimiento feminista haga otras cosas que no sean su causa concreta. Creo que eso tiene que ver con el contexto, la situación en la que estamos de que se está luchando por cosas muy específicas, entonces cuesta que las personas que militan feminismo logren empezar a militar otras cosas”.

Para Dani, es importante trabajar siempre la interseccionalidad: que el feminismo incorpore la perspectiva de las tortas, de las mujeres afro, migrantes y con discapacidad, además de muchas otras. Pero también que estos movimientos incorporen la lucha feminista. “A mí me pasó, cuando entré a Ovejas Negras, por ejemplo, que en los talleres de educación sobre derechos humanos y diversidad sexual que damos a docentes o estudiantes, la perspectiva feminista no estaba. Entonces fue un trabajo de las feministas que estábamos y del feminismo que se abre a incluir a otras diversidades”.

 Lo personal es político 

Para Dani, ser lesbiana estuvo y está siempre vinculado con su militancia social como persona de izquierda, feminista, LGBT. Por esto, se entiende parte de la comunidad LGBT desde un lugar identitario pero mayoritariamente político.

“Yo me empecé a vincular con la comunidad en el momento que empecé a militar […], me parece importante entender que la unidad hace las cosas más fuertes siempre, más allá de que eso no tiene que robar lo individual de cada una de las demandas que existan”.

Surge, muchas veces, un reclamo de parte de las mujeres lesbianas y bisexuales sobre la latente misoginia dentro de la comunidad LGBT y sobre cómo este no es un espacio que ellas crean sano construir. Para Dani, hay que separar en dos partes: “una cosa son los espacios vinculares, espacios donde poder juntarme entre mis pares para conversar o para pensar cosas más concretas, que me parece que siempre están buenos y son necesarios, como los espacios de mujeres”.

Pero a la hora de generar un cambio social y político, apuesta por la construcción colectiva: “la transformación se va a generar cuando todas las personas aceptemos cosas, dividir el movimiento no aporta nada”.

Sofía

Montevideana de Florida. Hago tantas cosas que me las olvido. Lesbiana, feminista, muy politizada. Amo aprender cosas nuevas, las planillas y los sanguches calientes. 

Fotografía: Mai

En este artículo:

LGBTI

Share This