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Ofelia sentada en un sillón con los ojos entrecerrados y el pañuelo de No a la Reforma en el cuello.

Ofelia Fernández: “Soy el resultado de un proceso”

17 Sep 2019 | Conversemos

La semana pasada estuvo Ofelia Fernández en Montevideo. ¿Quién es Ofelia? Depende de a quién le preguntes. Se la ha definido como la “voz adolescente”, la “colegiala K” y la candidata a legisladora más joven de la historia de Latinoamérica. Ofelia es militante feminista y estudiantil, es una de las voces más fuertes a favor del aborto legal en Argentina y es candidata a legisladora por la ciudad de Buenos Aires. Y tiene 19 años.

Lo personal es político

Ofelia es política y no se calla nada. Habla de medio ambiente, economía social y solidaria, organización popular, movimiento estudiantil, acceso a la salud, neoliberalismo y machismo en la política. No importa lo que le preguntes, seguro ya se tomó el tiempo de pensarlo y te responde clarito lo que querías saber.

Pero Ofelia también es humana: tiene 19 años, terminó el liceo y tiene los mismos miedos e incertidumbres que todas acá. Y de eso quisimos hablar con ella. Empezamos preguntándole sobre sus miedos, que para ella no son tantos: “Yo soy medio negadora, entonces estoy tranquila desde ya. En general es como: ¿Y ahora? ¿Y después de esto? ¿Qué y cómo va a ser? ¿Cuánto lugar voy a tener y qué va a pasar conmigo en un tiempo?”.

Como ella cuenta, fue todo muy rápido y casi no le dio tiempo a reaccionar: “Yo hace dos años literalmente estaba en otra, no pensaba que… O sea, militaba todo el día, era presidenta de mi centro de estudiantes, pero jamás pensé que iba a tener este nivel de exposición, que iba a estar en Uruguay dando notas. Yo pensaba que iba a estar en Uruguay de vacaciones”, termina, entre risas.

Pero todo esto que le pasó no es porque Ofelia tenga superpoderes, y ella lo tiene clarísimo. “Ni soy superdotada ni tuve suerte. Soy el resultado de un proceso… Creo que cuando hay tantas pibas que se ven tan poco cercanas a la manera en la que —al menos en la Argentina— se ejerce el poder, cuando ven tantos derechos que se cercenan desde ahí, tantas reivindicaciones a las que se les da la espalda desde el lugar de toma de decisiones, es lógico que aparezcan nuevas representaciones y nuevas referencias. Yo creo que soy producto de eso, no de un talento individual. Ningún mérito mío”.

Nos representa

Ser una expresión de las mujeres y de la juventud organizada no le significa una carga, sino que le da más tranquilidad. “No se trata de la medida en la que yo pueda elaborar buenas ideas o qué tan bien, sino sobre todo de cuál va a ser el pulso, la necesidad más concreta para este colectivo en este momento determinado”.

Ofelia tiene, en principio, dos iniciativas para llevar a cabo si resulta electa legisladora de la ciudad de Buenos Aires: impulsar el cumplimiento del protocolo de interrupción legal del embarazo para aquellos casos ya legalizados y generar un protocolo para enfrentar casos de violencia basada en género en instituciones educativas.

En Buenos Aires, el primero de estos protocolos fue creado por su liceo mientras ella era presidenta del centro de estudiantes. Fue la tercera presidenta mujer en 40 años de historia, y la más joven.

“Éramos muy molestas para todo lo que había sido la militancia política de la historia del centro de estudiantes. Incluso entre compañeros de 15 y 16 años había un nivel de hostilidad y de violencia… Yo sufrí un montón. Pero al mismo tiempo, las cosas que hicimos en esos dos años de nuestro mandato fueron muy tremendas. Fuimos el primer colegio en tener un protocolo contra la violencia de género. Fuimos el primer colegio que viajó como centro de estudiantes al Encuentro Nacional de Mujeres, y ahora viajan todos los colegios. Fuimos el primer colegio en desarrollar una toma por un caso de violencia de género. Hicimos muchas cosas porque en ese momento, además, en el movimiento secundario, no es que éramos más piolas, también eran todos chabones. Íbamos a la coordinadora de secundarios y eran todos presidentes tipos y estábamos nosotras”.

Además de estas dos iniciativas, Ofelia tiene entre sus prioridades estar presente en la discusión presupuestal, o sea, el ámbito en el que se define cómo se va a asignar la plata con la que cuenta el Estado para todo lo que quiera hacer. ¿Por qué le importa? Porque los legisladores a los que ella se opone “siempre recortan las mismas [áreas]: salud, educación”.

De cambios y movimientos

Por último, y quizás lo más importante, es que Ofelia y el Frente Patria Grande, al que pertenece, buscan cambiar la forma en la que se entiende la representación política: “Que no sea tanto yo recibo en mi despacho, sino ser movimiento y ser sede de un sistema propio al mismo tiempo. No tener que ser el nexo entre el movimiento y el sistema político, sino estar en los dos, que el nexo sea la experiencia en sí […] Incluso en temas en los que yo no milito cotidianamente, o no tengo tanta claridad, entender que aunque no necesariamente represento eso, tengo la obligación —como persona que se cuestiona cómo funcionan las representaciones políticas— de estar a disposición, en función y al servicio de las organizaciones populares, de los movimientos populares y de la militancia cotidiana”, agrega.

Ya que cambiar el sistema político es una preocupación grande de Ofelia, aprovechamos para preguntarle cuál sería su sistema político ideal. “Así como ideal, me parece que sería uno en el que la representación política responda a sectores concretos, en el que todos los sectores organizados de la sociedad tengan representación. Los sectores que militan en los barrios, desde los movimientos sociales de la economía popular hasta recreativos o lo que sea… que todo ese trabajo territorial tenga un reconocimiento, que haya un cruce de experiencias que permita generar niveles mayores de democracia. Yo creo que los niveles mayores de democracia siempre son los mayores niveles de vida”.

Redactoras: Sofía y Clara

Fotografía: Lau

En este artículo:

feminismo política

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