5 claves para entender qué está pasando en las universidades chilenas
Miles de mujeres en todo Chile se están movilizando y están realizando ocupaciones en las universidades en reclamo de una educación no sexista, así como también pidiendo justicia para muchísimos casos de acoso y abusos ocurridos en esos centros educativos. ¿Querés entender qué está pasando? En Harta te contamos un poco más.
Si te gusta estar informada de lo que ocurre en la región, quizás hayas visto que en Chile hace varias semanas que hay movilizaciones feministas en las universidades del país. Si no tenés ni idea de lo que está pasando o si escuchaste por arriba pero querés informarte un poco más, en esta nota te contamos algunas claves de esta movilización y lo que charlamos con Ilia Gallo, una de las estudiantes que participó de las tomas.
1. Muchas estudiantes chilenas son víctimas de acoso sexual y abuso por parte de profesores y compañeros
Esta es una realidad mundial que también afecta a las estudiantes en Chile: las mujeres sufren agresiones, acoso y abuso sexual en los centros educativos a los que concurren. A veces por parte de sus compañeros y otras por parte de profesores o funcionarios. Desde que algunas universidades establecieron protocolos para apoyar a las víctimas de abuso, las denuncias se hicieron cada vez más numerosas, ya que las mujeres comenzaron a sentirse seguras para hacer oír sus historias.
2. Las universidades no tienen políticas eficaces para frenar los acosos
A pesar de estos protocolos, que en general consisten en acompañar a las víctimas, en muchas de las universidades no existen políticas para sancionar o actuar ante casos de acoso sexual o abuso: solo una de cada 10 tiene, efectivamente, un plan de acción frente a estas situaciones. El diario de la Universidad de Chile publicó una nota en la que explica, por ejemplo, que en ese centro no hay normativas específicas para condenar el acoso sexual de un profesor a un estudiante, por lo que, cuando hay un caso así, el profesor solo comete una falta administrativa. En abril de este año se dio el caso del profesor Carlos Carmona, denunciado en la Universidad Austral de Chile, que simplemente fue trasladado a otro centro, decisión que le llevó al rector ocho meses.
3. Las tomas son herramientas de lucha
¿Qué es una toma? Es lo que acá conocemos como ocupación: ingresar al centro educativo y permanecer en él durante un tiempo, lo que puede interferir en las actividades o directamente paralizarlas. El 17 de abril de este año se dio la primera toma en la Universidad de Chile, en respuesta al caso que antes te contamos. Esto generó una ola de manifestaciones. Según el medio El Desconcierto, a un mes de que empezara todo ya había “15 universidades en toma, más de 30 facultades en paro, y una serie de manifestaciones de las estudiantes secundarias del Liceo 1, Liceo 7 y Carmela Carvajal”. Emilia Schneider, vocera de una de ellas, explicó al mismo medio: “La particularidad que tienen estas movilizaciones es que ponen en el centro demandas históricamente relegadas a lo accesorio, a lo secundario, como es la educación no sexista […] Aquí hablamos de un quiebre cultural”.
4. ¿Cuáles son los reclamos de las estudiantes movilizadas?
Debido a esta ola de denuncias, el reclamo fundamental es mayor atención a estos casos y leyes que amparen y brinden justicia a las víctimas de abuso sexual. Pero más allá de eso, el movimiento demanda en general una educación no sexista, que promueva la igualdad y el respeto. También se exige el establecimiento de cuotas de género académicas y directivas, la creación de un departamento de género en los centros educativos y la desvinculación de abusadores. Se busca, en definitiva, que se garanticen los derechos y que las universidades sean ambientes seguros para las mujeres.
“El movimiento cruza todas las universidades públicas y privadas […] El miedo a ser violadas, golpeadas y el miedo a caminar por la ciudad de noche sola es de todas”, dijo a Telesur la psicóloga Carolina Carrera al analizar esta movilización.
5. ¿Por qué es tan importante la toma de la Universidad Católica de Chile (PUC)?
La toma más reciente se dio en la sede Casa Central de la Universidad Católica de Chile, una institución privada fundada en valores católicos, conocida como “conservadora” (es decir, mantiene ideas tradicionales, no es tan abierta a los cambios). Para entender bien qué pasó, conversamos con Ilia Gallo, estudiante que participó en esta toma.
En esa universidad se generó una coordinación con representantes de todas las carreras y se designaron seis voceras, una por cada campus más una de la asamblea disidente (integrada por todas las identidades de género, funcionales, sexuales y étnico-raciales que se salen de la norma). Estas estudiantes feministas organizadas presentaron una lista con 10 puntos cuyo cumplimiento solicitaban. De esos puntos, Ilia destaca el pedido de que la universidad no sea objetora institucional de conciencia y las solicitudes de arreglos en el protocolo y de creación de una unidad de apoyo a víctimas de violencia sexual.
Tras entregar el petitorio, se hizo una asamblea con 250 participantes y se decidió tomar el centro el viernes 25 de mayo. Hubo reglas: sería pacífica, con respeto al espacio, sin alcohol. “Dentro de la movilización existen personas católicas, feministas en la fe”, comentó Ilia.
Tras varias negociaciones, al otro día de la toma pudieron llegar a acuerdos con el rector: resguardo a víctimas en proceso de denuncia, apoyo psicológico y judicial y habilitación para la gente trans del uso de su nombre social en la tarjeta universitaria, entre otras medidas. Para avanzar en esto, se crearán mesas de trabajo integradas por personas elegidas por el movimiento y por el rector, cuyas decisiones tendrán peso.
Ilia cuenta que decidieron esta ocupación porque “el contexto requería un acto significativo como la toma de Casa Central para entregar un mensaje de que en la institución más conservadora que tiene Chile se puede avanzar”. Considera que lo logrado por esta toma fue “una ganada para seguir trabajando dentro de la lucha feminista de la universidad”. Como decía la pancarta que pusieron afuera del edificio: “Esto recién comienza”.
Las estudiantes, profesoras y funcionarias de universidades chilenas están luchando por sus derechos y por conseguir igualdad en sus centros. Esta no es la primera y, probablemente, tampoco la última manifestación de este tipo alrededor del mundo.
Me gusta todo lo que tenga que ver con las letras: leo, escribo, corrijo, vivo entre papeles y pantallas. No puedo vivir sin descubrir música nueva.