Somos las nietas de todas las brujas que nunca pudieron quemar
[Noche de Brujas]
“Somos las nietas de todas las brujas que nunca pudieron quemar”. Con este canto, las feministas rescatamos del olvido el sufrimiento de miles de mujeres perseguidas, torturadas y asesinadas por rebelarse ante las imposiciones de la religión, el poder y el sistema patriarcal capitalista.
En esta Noche de Brujas, te contamos sobre el rol social que cumplían estas mujeres, para reflexionar sobre el trasfondo de su persecución y reivindicar su figura.
En la Antigüedad, la bruja era una de las figuras más respetadas en los pueblos pequeños: era la partera que ayudaba a traer niños al mundo y la encargada del cuidado de la salud de las personas. Sus conocimientos sobre la naturaleza y el cuerpo se transmitían de forma oral entre mujeres, de generación a generación. Mientras que la nobleza recurría a médicos varones, los populosos estamentos bajos recurrían a estas curanderas o hechiceras.
“Bruja” era el nombre que se les daba cuando sus curaciones y pócimas no daban resultado; pero por lo general se las llamaba bellas damas (bella donna) y se les profesaba respeto mezclado con temor.
La Edad Media y la cada vez más poderosa Iglesia cristiana complicó la situación de estas mujeres, que comenzaron a ser perseguidas y acusadas por intentar curar el cuerpo y el alma, algo reservado solo a Dios.
«El estereotipo de que la brujería se relacionaba íntimamente con la naturaleza femenina nació hacia 1400 y se mantuvo en el derecho criminal hasta el final del siglo XVII». La mujer conocedora de los secretos de la medicina representaba un peligro en la mirada de los inquisidores: si la mujer podía sanar mediante hechizos o pociones, también podía dañar por los mismos medios.
Pero la caza de brujas no solo surge de creencias religiosas, sino de la necesidad de instaurar un nuevo modelo económico: el capitalismo, que modificó las relaciones sociales, impuso la división sexual del trabajo y confinó a la mujer al espacio doméstico. El nuevo sistema buscó también ampliar su vigilancia sobre el cuerpo de las mujeres, por lo que el control que ejercían sobre su sexualidad y capacidad de reproducirse fue criminalizado. Las ancianas y parteras de los poblados fueron las principales perseguidas.
Como explica Osvaldo Tangir, «la bruja no era otra cosa que una mujer que intentaba romper el rústico corsé que las normas sociales le habían impuesto. Encarnaba en cierto sentido un espíritu de revuelta y subversión contra lo establecido tanto por el Estado como por la religión».
La cifra de mujeres torturadas y asesinadas en el marco de la caza de brujas es imposible de determinar. No hay documentos exhaustivos, no todos los juicios eran registrados y, aquellos que sí, no siempre especificaban el número de ejecuciones. En Calibán y la bruja, Silvia Federici afirma que el hecho de que las víctimas fueran mujeres campesinas explica la indiferencia de los historiadores y cómo este genocidio nunca fue debidamente dimensionado, cuando no directamente eliminado de las páginas de la historia. «La eliminación de las brujas de las páginas de la historia ha contribuido a trivializar su eliminación física en la hoguera, sugiriendo que fue un fenómeno de significado menor, cuando no una cuestión de folclore».
La literatura sobre la caza de brujas ha sido históricamente escrita desde un punto de vista que no condenaba abiertamente estas ejecuciones y que desacreditaba a las víctimas como mujeres deshonradas o pervertidas.
«Sólo el movimiento feminista ha logrado que la caza de brujas emergiese de la clandestinidad a la que se la había confinado, gracias a la identificación de las feministas con las brujas, adoptadas pronto como símbolo de la revuelta femenina».
Fuentes
Calibán y la bruja, de Silvia Federici.
Malleus Maleficarum El martillo de los brujos, de Heinrich Kramer y Jacobus Sprenger (prólogo de Osvaldo Tangir en Ed. Círculo Latino, 2005).
La bruja, de Jules Michelet.
La bruja, de Jean-Michel Sallman.
Entrevistas a Silvia Federici para consultar: (1) y (2).
Las brujas en la historia. Blog Losojosdehipatia.
Compañeras de la colectiva Encuentro de Feministas Diversas
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Ilustración: Nat