¿Astrología y feminismo pueden estar unidos?
[Opinión]
ATENTI: Este artículo tiene lenguaje inclusivo*
Sin embargo, no es azaroso que esto suceda ahora, en plena reemergencia de lo femenino como energía y patrón y, por sobre todo, en plena ola feminista. Porque la astrología no es un sistema de adivinación, es una forma de recortar la “realidad” para intentar pensar si tiene otras formas de ser comprendida o deconstruida.
¿Cuál es el aporte de la astrología al feminismo?
La astrología puede ser, entonces, una herramienta de conocimiento que funciona igual que una tijera sobre un papel o como unos lentes pintados de color que filtran mi realidad. Qué tijera o qué lentes estoy usando es la respuesta que la astrología ayuda a responder.
Esto es sumamente importante hoy, porque saber dónde y cómo estoy recortando es el paso total hacia el empoderamiento, hacia el apoderarme de la forma en la que entiendo la realidad y no a la inversa: el saber, la información, la comprensión de cómo funciona esto que considero verdad me da el poder para construirlo de otra manera.
Este es el aporte de la astrología al feminismo: una herramienta más para volver a recortar la realidad y darnos la posibilidad de la pregunta. Lo primero que cuestiona, así como el feminismo, es la homogeneidad, es decir, la idea de todOs somOs (o debemos ser) iguales.
La carta astral —herramienta de la astrología—, aunque parece trabajar con la disposición planetaria, no lo hace. La carta astral trabaja con el tiempo. Somos la materialización del instante en el que nos hicimos presentes en el mundo. Y eso es único. No hay un instante igual a otro, no hay puntos de vista —del universo— iguales. No hay disposiciones planetarias iguales. Cada une de nosotres tiene la posibilidad de ofrecer algo que es único al mundo (lo leonino o el Sol condensan ese sentido).
El problema es que, para el sistema, ejercer control sobre lo que no es igual y homogéneo es extremadamente difícil. ¿Cómo, por ejemplo, vender algo en masa a muchas personas completamente diferentes?
Apropiarnos de nuestra carta, comprender ese punto temporal y, por lo tanto, qué es lo que nos hace úniques dialoga con el movimiento feminista, que habilita a las diferentes sexualidades, afectividades, identidades, búsquedas. La astrología y el feminismo comparten la misma premisa: no puedo dar por sentado a quien tengo enfrente, cada persona es un sistema —solar— en sí mismo, que preciso descubrir y conocer.
Los horóscopos que leo ¿repiten un mensaje patriarcal?
Parte del trabajo feminista es cuestionar todo. Cuestionar nos permite generar pensamiento crítico e independiente. Cuestionar no significa “estar en contra de todo”, sino ser sabie en qué incorporamos, tanto en la información como en cualquier otro nivel.
Lo mismo sucede con los horóscopos, que pretenden adivinar el futuro con base en ningún dato, porque un horóscopo para todo el mundo no puede comprender tu carta personal. Más allá de esto, acá hay una breve guía para cuestionarnos si vamos a tomar lo que nos ofrece cada horóscopo:
- ¿No usa lenguaje inclusivo?
- ¿Separa por sexo (horóscopo para hombres / horóscopo para mujeres)?
- ¿Habla de la Luna como una energía solamente pasiva, o que se vincula a la familia de origen o a mamá literalmente?
- ¿Habla de Marte como exclusivamente de los hombres?
- ¿Habla de las mujeres como personas que deben “recibir y amoldarse”?
- ¿Está acompañado de imágenes que replican el estereotipo físico?
- ¿Habla de las parejas como espacios necesariamente heterosexuales?
- ¿Adjudica roles de género a lo femenino y lo masculino? (Por ejemplo, las mujeres están criando a los hijos mientras el hombre está afuera trabajando).
- ¿Habla del deseo femenino como capricho?
- ¿Habla de la confrontación como algo a evitar, especialmente si sos mujer?
La astrología es una gran herramienta para reforzar la lucha por la equidad en un mundo sexista, pero la lectura de las estrellas no deja de estar hecha por seres humanos cruzados por una cultura en particular y por pensamientos particulares. Nuestro trabajo no es solamente abrir el juego de lo que entendemos, sino también dejar de tomar como verdad todo lo que se nos presenta.
* El lenguaje inclusivo busca eliminar el neutro masculino que existe en el español: aunque haya solamente un hombre incluido, dejamos el todas para decir todos. Para esto, eliminamos el género de una y usamos siempre la letra “e”: todes, amigues, elles, nosotres. Si querés saber más de este tema, hacé clic acá.