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Ilustración de Sheila, tiene el pelo marrón por los hombros, usa lentes y un pircing en el labio.

Ser mujer y migrante en el Uruguay: Sheila

28 Nov 2019 | Conversemos

Este artículo es parte de una serie de entrevistas a mujeres migrantes, en el marco del día internacional del migrante, 18 de diciembre. ¿Qué significa ser migrante y mujer?

Para entender mejor lo que significa ser mujer y migrante en Uruguay, les estamos contando en una serie de artículos las historias de siete mujeres que dejaron sus países para vivir acá. Ya leímos sobre el proceso de Tiana, una alemana que vive en Uruguay hace poco más de un año, y Caro, que dejó su casa en Argentina para construir un hogar en Montevideo desde hace más de cinco años. Hoy seguimos con Sheila.

Sheila: “Creo que Uruguay es un país que te recibe muy bien, pero depende mucho de dónde vengas”

Para Sheila, natural de Zaragoza (España), Montevideo tiene muchos puntos en común con su ciudad natal, pero echa de menos el escenario montañoso, que acá no hay. Después de vivir en distintos lugares, como República Dominicana, Nueva Zelanda e Italia, esta productora cultural llegó a Uruguay hace casi tres años gracias a una oportunidad laboral. Aunque haya cambiado de trabajo, Sheila decidió quedarse. Por cuánto tiempo… ¡no se sabe!

“A mí Uruguay siempre me llamó la atención, sobre todo por las reformas que se aprobaron, como la legalización de la marihuana y del aborto; mismo el divorcio se aprobó acá muchísimo antes que en España. Por allá siempre lo tuvimos a Uruguay como una especie de paraíso político. Luego las cosas cambian cuando conoces la realidad. Hoy creo que Uruguay es un país bastante machista. Si bien a nivel legal hay avances, se podría avanzar más. Me parece que si lo comparas con otros países, tal vez la situación sea un poco menos agresiva. Igual es agresivo entrar a un baile y que la gente te toque. ¿Quién le da el derecho?

No me siento tan migrante, porque la gente siempre me está diciendo ‘mis abuelos son españoles’ o ‘tengo un hermano en Barcelona’, etcétera. Hay muchos puntos de conexión. Para mudarme acá no me preparé mucho, ya me había mudado tantas veces… ¡Salí de casa a los 20 años y todavía no he vuelto! Me vine directo a trabajar en el Centro Cultural de España, fue muy cómodo y motivante venir con un laburo fijo. La realidad fue que me encontré con una ciudad muy parecida a la mía, hasta los ladrillos de la calle los veo muy similares. Me fue muy fácil la adaptación. La parte más social fue difícil al principio. Cuando conocí a mis amigas uruguayas a principio pensaba que no me querían, que no les caía bien, ¡porque siempre llegaban tarde! Hasta que entendí que son otras costumbres.

No sé si voy a seguir acá, estoy en mi crisis de los 3 años en Uruguay y de los 30 también. No sé, estoy muy feliz a nivel laboral y en mi casa, con mis dos compañeros de piso, pero echo de menos mi familia. En este momento apuesto a quedarme acá e ir viendo. Creo que Uruguay es un país muy lindo, te recibe muy bien, pero depende mucho de dónde vengas y cómo vengas. Yo me considero una privilegiada. Si bien viví una situación de migración, yo vine con comodidad, directo a trabajar, con un sueldo fijo en un país muy caro. Para otras mujeres sé que no ha sido así”.

Esta es la perspectiva de Sheila sobre Uruguay, cómo la recibió y la sigue recibiendo todos los días. Si aún no tuviste oportunidad de leer las demás historias de esta serie, te las dejamos aquí:

Tiana: “Obviamente siempre me identifican como gringa, igual me sentí muy bien recibida”

Carolina: “La circunstancia fue llevando a quedarme, a elegir Uruguay”

Regiane Folter

Ilustradora: Ximena Fernandez

Este artículo fue escrito e ilustrado por colaboradoras externa al equipo de Harta. ¡Sumate vos también! Acá podés encontrar un formulario para ponerte en contacto con nosotras para que publiquemos tus palabras

En este artículo:

feminismo política

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