T es por trans
En el Mes de la Diversidad, charlamos con personas LGBT
Esta nota es parte de una serie sobre la comunidad LGBT que saldrá cada martes de setiembre, el Mes de la Diversidad. ¿De qué hablamos cuando hablamos de personas lesbianas, gay, bisexuales y trans? ¿Cómo juega esto con otros aspectos de nuestra vida?
Este martes hablamos con Nahia, militante LGBT en la organización social Ovejas Negras y licenciada en Sociología.
¿Son importantes las etiquetas?
Durante este ciclo sobre la comunidad LGBT le hemos preguntado a cada uno de los entrevistados qué importancia tenían las etiquetas, por qué nombrarse. Nahia nos cuenta que no es algo que se haya preguntado anteriormente, pese a que es un tema recurrente en el colectivo.
“Creo que en determinados contextos las etiquetas pueden aportar, siempre y cuando sean en una determinada estrategia discursiva y de objetivos políticos concretos. Hay que tener claro que las etiquetas de la diversidad sexual y de género nacieron para oprimirnos, en primera instancia. Luego lo que trata de hacer el movimiento, y lo ha hecho históricamente, es tratar de resignificar esas etiquetas para generar un nuevo contenido a eso que la gente usaba para estigmatizar”, comenta.
Nahia entiende que la importancia de las etiquetas surge de la necesidad de quitarles su carga negativa. “Creo que la sociedad construye la realidad, entonces cuando la sociedad construye esas etiquetas eso tiene consecuencias reales sobre la vida de todas las personas, y hace que haya diferencias sobre las trayectorias de vida, la experiencia social y las cosas que vas viviendo, justamente porque te aplican una determinada etiqueta y no otra”.
Por otro lado, habla del debate político dentro del colectivo trans sobre cuáles etiquetas es correcto utilizar. “Me defino como una mujer trans […] creo que es totalmente válido preguntarse si realmente es una categoría que yo llamo paraguas de todas las identidades trans. Son varias, creo que son varias. También sale un poco de la realidad compleja de la diversidad sexual y de género, pero yo me paro desde ese lugar de construir mi identidad de género como una mujer”.
No soy una referente
Nahia nos habla sobre las estrategias de vida que todas las personas trans utilizan para poder navegar una sociedad que les invisibiliza, violenta y rechaza; una sociedad que no reconoce su identidad. “En esa estrategia que desarrollé opté por no vivir ni expresar mi identidad de género hasta no culminar algunos ciclos en mi vida que me permitían pararme mejor frente al mundo. Cuando había cursado ya todas las materias en la facultad, me quedaba entregar la tesis nada más, dije ‘bueno, ta, ahora es un buen momento’. Además ya tenía un trabajo, tenía una cierta estabilidad económica y académica y dije ‘el mejor momento para hacer esto es ahora’. A partir de ahí fue que empecé a expresar mi identidad. Creo que eso marca un diferencial muy grande en lo que es mi trayectoria de vida”.
En otras entrevistas Nahia ha dicho que no se considera una referente para la población trans. Cuando le preguntamos al respecto nos explica que entiende sus privilegios y está en desacuerdo con el sistema meritocrático de quienes la llaman referente. “Yo creo que referente es la gente que la tiene que luchar más, si vos tenés determinadas oportunidades y determinados privilegios, obviamente te vas a poder desenvolver de una forma diferente a otra gente que no los tiene. Por lo tanto, iba por ahí mi cuestionamiento cuando me trataban de presentar en los medios de comunicación como una referente para la población trans. Yo no lo veo así, yo me siento una militante y nada más».
Marcha por la Diversidad
Cuando le preguntamos qué piensa de la marcha, Nahia expresa la felicidad y el orgullo que siente respecto a su compromiso militante. “Creo que es una de las movilizaciones populares más lindas del Uruguay. Creo que está bueno construir militancia desde la alegría, desde la felicidad, desde la libertad de ser, que creo que son principios fundamentales de la marcha. Creo también que es una construcción social política histórica tremenda para lo que es la sociedad uruguaya, por todo lo que implicó. Fue como una marcha pionera en esto de incorporar el discurso y la visión; y no solo el discurso: también la práctica interseccional”.
Nahia añade que la Coordinadora de la marcha es un espacio donde convergen muchos colectivos sociales intentando incorporar en el discurso las diversas formas de la desigualdad. Busca eliminar la lógica de competencia entre causas y grupos “a ver quién es el más oprimido y quién logra más recursos para subsanar un poco su situación, que es una lógica horrible y tiene también una cosa más capitalista patriarcal, justamente todo contra lo que luchamos. Son sistemas de opresión que si no los vemos en su globalidad terminamos perdiendo el origen estructural de estas desigualdades”.
Nahia entiende que las personas vivimos una intersección de desigualdades que profundizan la opresión, y por eso defiende y milita la vanguardia que se vive en Uruguay, donde se logra esta articulación política y social sin caer en la visión comercial, más liberal —como sucede en otros países— donde se enfatiza solo la discriminación específica a lo LGBT.
“Si realmente queremos combatir a fondo las desigualdades, tenemos que poner en cuestión todo el sistema y no solo algunas partes o dimensiones, y creo que eso es algo hermoso de lo que fue la construcción de la Marcha por la Diversidad”.
¿Cuánto importa la militancia?
Al hablar de la militancia, Nahia aporta su perspectiva como militante, pero también como socióloga. “Sin militancia, no se transforma el mundo. No es por inercia ni por puro desarrollo social que se van a lograr las cosas. Para que la sociedad cambie y los procesos históricos se desenvuelvan, necesitás gente que los dinamice. Si no en realidad se termina reproduciendo el statu quo, el conservadurismo y el orden establecido permanentemente. Me parece que la mejor herramienta es la militancia”.
La militancia en todas sus formas, tanto la de la vida personal —que se hace todos los días en todos los espacios— como la colectiva y organizada, es lo que genera el cambio, pero Nahia reivindica en especial esta última: “hay militancias que son más macro y que es muy importante impulsar para que también se generen los cambios micro. Sin caer en el determinismo de que solo una es importante, creo que hay una que por lo menos a mí me llama más, y es esa: la militancia colectiva y organizada”.
El patriarcado ante todas las cosas
Nahia asegura que el patriarcado “más allá que de cierta forma también afecta a los varones, tanto cis como trans. A las mujeres trans es como que las golpea en la cara todo el tiempo; no te puedo decir un ejemplo concreto porque en realidad es como que lo ves en todos lados”. Nahia nos explica que es muy difícil separar la transfobia del machismo, la opresión está en todos lados y por eso es que hay que militar en todos los espacios.
“Qué tanto es violencia transfóbica, qué tanto es machismo… hay casos que capaz son más concretos donde sí podés verlo más claro, pero hay otros donde se funden totalmente. Creo que es una violencia que está muy presente permanentemente”.
Para cerrar
La deconstrucción es un proceso constante que nos atraviesa a todas en nuestros diferentes niveles de opresión. Por ello, Nahia afirma que “está bueno convocar a la gente a movilizarse por estas causas de luchar contra la opresión, de concientizarse también sobre las prácticas donde una misma capaz que reproduce esas violencias, esas opresiones”. Todo el tiempo tenemos que cuestionarnos lo que hacemos, procurar no estar violentando o reproduciendo estas lógicas de desigualdad. «Creo que eso es central para realmente transformar la sociedad”.
Octavia Flor