Ilustración: Pity Gacio

Seguramente más de una vez hayas escuchado la palabra interseccionalidad asociada al feminismo, pero ¿de qué se trata? En este artículo encontrarás la historia del concepto y cómo nos ayuda a pensarnos como feministas.

Algo de historia

Los orígenes del concepto tienen más de un siglo y pueden encontrarse en las denuncias de las mujeres afroamericanas, chicanas, y víctimas de opresiones múltiples o simultáneas. Estas mujeres se enfrentaron al racismo y clasismo dentro del movimiento de mujeres, pero también al machismo dentro del resto del movimiento social de sus épocas.

Si bien gran parte de los orígenes documentados se encuentran dentro de Estados Unidos, la idea de opresiones que se entrecruzan también se encuentra en denuncias de mujeres de pueblos originarios, de India, afrodescendientes, gitanas y en las críticas de mujeres sobre la intersección del género y la clase social.

En 1989, la abogada y filósofa afroamericana Kimberlé Crenshaw introdujo el término «interseccional» en el plano académico, con su artículo “Desmarginalizando la intersección entre raza y sexo. Una crítica feminista negra a la doctrina sobre antidiscriminación, a la teoría feminista y a las políticas antirracistas”.

En el artículo investiga casos de discriminación hacia mujeres donde el proceso considera la discriminación por género o racial pero nunca las dos al mismo tiempo, como si fueran dos rectas paralelas que nunca se cruzan. Esta situación dentro del proceso legal dejaba por fuera a las mujeres afroamericanas, ya que la discriminación sobre género hacía referencia a las mujeres blancas y la racial únicamente a los hombres. Crenshaw concluye que las mujeres afroamericanas sufren de forma particular la intersección de pertenecer a dos grupos de personas oprimidas.

No es una suma

La discriminación interseccional es un tipo de discriminación específica. No se trata de sumar las discriminaciones en una suerte de competencia de quiénes la pasan peor. La intersección es algo específico que necesita un acercamiento particular que tome en cuenta los diversos factores de discriminación. Un análisis interseccional tiene que contemplar todos los factores a la vez, pensando en todas las relaciones de poder que estén en juego.

¿Por qué queremos un feminismo interseccional?

Las mujeres, además de ser oprimidas por el hecho de ser mujeres, también podemos ser objeto de múltiples formas de opresión y discriminación por nuestro origen étnico, color, clase social, religión o creencias, nacionalidad, ancestría, edad, peso, estado de salud, neurodiversidad, discapacidad, orientación sexual, identidad de género (personas trans) o mujeres intersex.

Como feministas buscamos la emancipación de todas las mujeres. Para lograrlo, tenemos que sortear juntas todos los obstáculos que nos dividan y subordinen dentro de jerarquías impuestas por grupos de personas en posiciones de poder.

“Estoy harta,
Enferma de ver y tocar
ambos lados de las cosas
Enferma de ser la condenada puente de todos
Nadie se puede hablar
Sin mí
¿No es cierto?
Explico mi madre a mi padre
mi padre a mi hermanita
mi hermanita a mi hermano
mi hermano a las feministas blancas
las feministas blancas a la gente de la Iglesia Negra
la gente de la iglesia Negra a los ex – jipis
los ex – jipis a los separatistas Negros
los separatistas Negros a los artistas
los artistas a los padres de mis amigos…
Después
tengo que explicarme a mí misma
a todos”

Fragmento del “Poema de la puente” de Kate Rushin. Poeta afroamericana y lesbiana nacida en 1951 en Estados Unidos. Tomado del libro «Esta puente, mi espalda. Voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos» (1981), editado por Cherríe Moraga y Ana Castillo.

Fuentes:

https://www.gitanos.org/upload/53/27/GUIA_DISCRIMINACION_INTERSECCIONAL_VERSION_FINAL.pdf

https://en.wikipedia.org/wiki/Kate_Rushin

https://es.wikipedia.org/wiki/Kimberlé_Crenshaw

https://we.riseup.net/assets/168533/este puente mi espalda.pdf

Redactora: Nat

Ilustradora: Naty