Ser mujer y migrante en el Uruguay: Viviana
Este artículo es parte de una serie de entrevistas a mujeres migrantes, en el marco del día internacional del migrante, 18 de diciembre. ¿Qué significa ser migrante y mujer?
En los últimos años, muchos extranjeros han venido a Uruguay buscando un nuevo inicio. Muchos de ellos son venezolanos, como Viviana, que nos comparte sobre su experiencia siendo mujer y migrante en Uruguay. Este artículo es parte de una serie de historias sobre mujeres migrantes y sus experiencias viviendo acá.
Viviana: “Tuve que irme, no lo decidí como algo que quisiera hacer, sino algo que tuve que hacer”
Viviana es la única chica de esta lista que no sigue en Uruguay. Nacida en Venezuela, esta politóloga vivió y trabajó por tres años en Montevideo, pero hace algunos meses se volvió a mudar, esta vez a España. Su decisión de irse de su país fue motivada por buscar una vida mejor. En Uruguay encontró cosas positivas y otras no tanto. A los 28 años, Viviana sigue buscando su lugar en el mundo.
“Me fui a Uruguay porque la situación en Venezuela se volvió insostenible. Tenía varios trabajos, pero igual no podía independizarme. Allá por más que trabajes, hagas mil cosas, el dinero no rinde, no tenés seguridad social, no hay comida, no hay medicinas, mi seguro médico no me cubría absolutamente nada. Tuve que irme, no lo decidí como algo que quisiera hacer, sino algo que tuve que hacer. Elegí Uruguay porque estaban mis dos hermanos allá, muchos amigos también, y nos decían que era un país tranquilo con políticas migratorias amigables. Cuando llegué me mudé con mi hermano por dos meses, y después alquilé una habitación en una residencia. También logré trabajo en el área comercial de una empresa en Montevideo.
El día que llegué me quería regresar. Hacía demasiado frío, estaba todo feo, el cielo gris, no fue un momento de bienvenida. Estuve muy triste, extrañaba mi familia, mis amigos… fue un desafío, un desprendimiento emocional muy fuerte. Todavía lo pienso y se me arruga un poquito el corazón. Aparte de eso, Uruguay me recibió bien. Lo que sí siento que es difícil conseguir trabajo en Uruguay, yo corrí con suerte porque un amigo me recomendó. Sin embargo, muchos de mis amigos tardaron meses. Incluso mi hermano tardó ocho meses para conseguir un trabajo en su área.
Me costó hacer amigos en Uruguay. Si bien son agradables y amables con los inmigrantes, son muy formales. Al ser un país tan chico también hay esta mentalidad un poco limitada ante cosas nuevas. Creo que es bueno que Uruguay siga recibiendo inmigrantes para que se vaya expandiendo y enriqueciendo su cultura, para que vean que hay algo más allá del Río de la Plata.
Para mí Uruguay es un país excesivamente machista. Yo personalmente viví situaciones dentro del ambiente de trabajo que me hicieron dar cuenta de eso. Ideas y acciones que puede comentar algún compañero hombre eran más tomadas en cuenta que las ideas o comentarios que yo podía mencionar. Ser mujer en Venezuela es mil veces más fácil en mi opinión. La figura de la mujer allá es muy fuerte, es una sociedad más matriarcal. La madre es la líder de la familia, sus opiniones son respetadas. Hay violencia de género como en todos lados, pero la mujer venezolana es más independiente.”
Otra historia inspiradora, seguimos coleccionando aprendizajes acerca de cómo es vivir un proceso migratorio en Uruguay. ¿Tuviste chance de leer las historias que publicamos antes de la de Vivi? No dejes de hacerlo, te dejamos los links acá:
Tiana: “Obviamente siempre me identifican como gringa, igual me sentí muy bien recibida”
Carolina: “La circunstancia fue llevando a quedarme, a elegir Uruguay”
Sheila: “Creo que Uruguay es un país que te recibe muy bien, pero depende mucho de dónde vengas”
Karen: “Creo que estoy bastante ‘uruguayizada’ y me gusta muchísimo”
Regiane Folter
Ilustradora: Ximena Fernandez
Este artículo fue escrito e ilustrado por colaboradoras externa al equipo de Harta. ¡Sumate vos también! Acá podés encontrar un formulario para ponerte en contacto con nosotras para que publiquemos tus palabras