Harta lectura: más mundos fantásticos

A decir verdad, el año pasado, cuando charlamos sobre mundos fantásticos, me quedé con las ganas de mencionar unos cuantos. Probablemente hoy también me quede con las ganas, pero al menos podemos ampliar la lista. ¿Qué te parece?

La canción de la corriente, de Sarah Tolcser

En una ambientación de tierras fluviales, nuestra protagonista, Caro, se muere de ganas de que el dios del río le hable, como ha hecho siempre con su familia. Algún día heredará la barca en la que trabaja con su padre y será su deber recorrer esos ríos. Sin embargo, un giro de los acontecimientos la obliga a cumplir una misión de vida o muerte para salvar la vida de su padre, lo que la lleva a huir de feroces enemigos que, al parecer, tienen que ver con la caída de la familia real de un país vecino. ¿Qué tiene que ver Caro con todo esto? La historia se vuelve tan atrapante y tan llena de acción que vos tampoco vas a poder evitar ser parte. Es una novela muy rápida, entretenida y hasta divertida, con personajes fuertes y fáciles de querer. Y magia.

El bestiario de Axlin, de Laura Gallego

Esta es la primera trilogía de fantasía que esta autora publica desde Memorias de Idhún, de la que hablamos la otra vez. Creo que los años han mejorado la pluma de Laura Gallego y que esta saga es bastante mejor, en contenido y en desarrollo de personajes. Axlin es una muchacha que vive en un enclave donde la gente vive con miedo de los monstruos. Estos monstruos y sus ataques son parte de la vida cotidiana y la muerte acecha en cada rincón. Pronto, Axlin se da cuenta de que estos son distintos según la zona, y que cada enclave tiene sus propios métodos para defenderse, por lo que decide marcharse y escribir un bestiario con intenciones de ayudar a todos. Axlin es de las pocas personas que saben leer. Esta acción tan valiente la lleva a atravesar muchos peligros, y ya te adelanto que esta es una historia muy cruda, pero que vale la pena.

Seis de cuervos, de Leigh Bardugo

En verdad, esta bilogía tiene lugar un tiempo después que la trilogía de los Grisha, cuyo primer tomo es Sombra y hueso, pero si estás dispuesta a exponerte a pequeños spoilers y en verdad no te interesa tanto la trilogía, vale la pena intentarlo porque es mucho, mucho mejor. Si la trilogía se basa en una especie de Rusia de fantasía, esta bilogía lo hace en una especie de Países Bajos, también muy interesante. Esta ambientación, bastante sucia y desencantada, es el escenario en el que se mueve la mayoría de nuestros protagonistas, que son ladrones y estafadores en plena adolescencia. Las cosas cambian cuando se les propone una misión de tal nivel que implica arriesgar sus vidas y entrar a una fortaleza inexpugnable. A su grupo se unen otros personajes también con pasados muy interesantes, y juntos tendrán que enfrentar muchos peligros y aventuras. El desarrollo de los personajes y de los vínculos entre ellos es el punto fuerte de esta bilogía, que recomiendo con tanta fuerza que me quedo sin aire. Imperdible.

Trono de cristal, de Sarah J. Maas

Tengo que hacer una confesión: cuando leí el primer libro de esta saga me pareció meh. No fue sino hasta su relectura, habiendo leído casi toda la saga, que pude apreciarlo de verdad. Sigue siendo el más débil de los siete, pero es muy entretenido y vale la pena leerlo solo para poder adentrarte en este mundo. Empezamos con Celaena, una asesina a la que van a buscar a las minas de Endovier, donde fue encarcelada, para que participe en un torneo cuyo premio es convertirse en la nueva asesina personal del rey de Adarlan. Celaena, desesperada por su libertad, acepta. Por supuesto, esto equivale a entrar en un mundo lleno de falsedades, de crueldad, de entrenamientos arduos y de misterios que empiezan a desenvolverse ante los ojos de nuestra compleja protagonista. Este es solo el comienzo de una saga que cada vez se vuelve más oscura, más intensa, en un mundo que cada vez se amplía más, con una historia muy desarrollada y personajes imposibles de olvidar. Es un camino de ida, pero cada novela mejora más y más.

¿Las conocías? ¿En qué mundo vas a perderte vos?

Ilustración: Yle Quartino