Hoy te presentamos: Lumaga
“Soy Lumaga. Tengo 29 años. Trabajo como artista para cómics, animación y videojuegos y en mis ratos libres escribo historias. Soy autora de la novela El grupo Domak y del webcómic Four Leaf”. Así se describe Lumaga cuando se le pide una presentación personal “en pocas palabras”, pero si leés la charla que compartimos con ella, vas a conocer mucho más sobre cómo comenzó a escribir e ilustrar, su gusto por los personajes femeninos protagonistas y cómo logró abrirse camino en un rubro en el que muchas veces hay pocos espacios para las mujeres.
¿Cuándo te diste cuenta de que querías dedicarte a contar historias, ya sea en formato de novela o cómic? ¿Hubo un momento de clic o fue más bien un proceso?
Fue algo que siempre hice desde muy chica, escribía cuentos infantiles y los ilustraba. Si tengo que mencionar algún momento de clic, diría que fue a mis trece años, cuando conocí las novelas de Harry Potter y me enteré de que la fantasía para adolescentes era algo que existía y que se hacía. Fue como caer en cuenta de que podía contar la historia que me diera la gana, con todas las cosas locas y mágicas que quisiera.
¿Qué te gustaba leer de niña o adolescente?
La fantasía siempre me llamó mucho la atención. Si los protagonistas eran niños o adolescentes, me gustaba el doble, y si había personajes femeninos bien armados, el triple.
¿Qué cosas te inspiran?
Todo. Una buena película, un buen libro, un buen cómic, una buena ilustración. Cosas que me han pasado en la vida. Ver el empeño y los logros de colegas dibujantes y escritores, eso inspira pila.
¿Qué aptitudes o conocimientos hay que tener para escribir una novela?
Depende de la novela que quieras escribir, supongo, y depende también de quién la va a leer. Si solo la va a leer uno, no se necesita nada, solo pasarla bien. Si la va a leer un amigo, ya hay algunas exigencias más, como que te sepas hacer entender. Y si se va a publicar para que la lea el público en general, lo ideal es que se investigue sobre lo que se está escribiendo, si es necesario, y que pase por varios controles de calidad profesionales.
Leí que estudiaste diseño gráfico en UTU y fuiste a Bellas Artes. ¿Estudiaste algo más?
La mayoría de las cosas las aprendí por mi cuenta o cuando me lo exigió algún trabajo que tuve. Internet es una buena escuela, intentaba imitar lo que hacían mis artistas favoritos y ponía atención a cómo lo hacían. Años antes de entrar en la UTU ya estaba trabajando como artista de videojuegos para Lab Zero y haciendo animación 2D en La Mano Estudio. De chica mis padres me mandaron a algunos talleres de dibujo, pero que me intentaran enseñar o que me trazaran el camino solo me sacaba las ganas de dibujar. Siempre tuve mi propio ritmo para aprender. Algo parecido me pasó con la UTU y Bellas Artes, tuve que poner mucha voluntad para hacer esos años de estudio. Ya sabía que me iba a pasar eso, pero creo que valieron la pena igual.
Four Leaf nació con unos personajes que comenzaste a crear en los bordes de tus cuadernos cuando estudiabas en la UTU. ¿Fue una decisión consciente que las protagonistas fueran dos chicas o fue casual?
No fue consciente, pero lo he pensado después. Como mencionaba antes, si un libro tenía personajes femeninos bien armados, me gustaba el triple. Cuando escribo, lo hago primero para mí y para mi “yo” de 15 años, y lo que quiero son más personajes femeninos interesantes. En general, quiero personajes que sean valorados/queridos/odiados por lo que hacen y lo que piensan y no por su género, y siento que me hacen falta personajes mujeres con esa característica, por eso terminan con roles principales o importantes en mis cuentos.
Suele decirse que el mundo de los videojuegos es bastante hecho a medida de los varones. ¿Cómo te sentís trabajando en ese rubro? ¿Hay espacios para marcar la diferencia como mujeres?
Es así. Pero lo he experimentado más que nada como gamer, no como desarrolladora. Trabajando en el rubro, tanto en Uruguay como en otras partes del mundo, tuve suerte de cruzarme siempre con gente que me valoró por lo que podía hacer. De todos modos, el mundo de los desarrolladores es mayormente masculino, pero en Uruguay en particular creo que se debe a la falta de modelos a seguir o porque de chicas les hicieron pensar que jugar videojuegos era cosa de varones. Lo bueno es que se están organizando movidas como Girls in Tech o Techy por un Día, para incentivar a las mujeres y niñas a involucrarse en el desarrollo de videojuegos o en la programación. También por suerte el mundo de los videojuegos está cambiando y han surgido muchos buenos juegos que reflejan igualdad de género, y quizás eso también se deba a que detrás de esos juegos hay más desarrolladoras mujeres de las que había hace unos años.
¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
Estoy terminando el guion de la segunda parte de Domak, que es lo que va más lento porque lo trabajo en el tiempo que me queda libre. Estoy también trabajando como artista para el cómic MyMy Tenshi Life, de la editorial Golden Plume en Estados Unidos. Y también ahora mismo estoy en Palermo Estudio como animadora 2D para una serie que están llevando a cabo, aunque la semana que viene ya voy a tener que irme porque me salió un contrato con una editorial bastante grande para publicar mi cómic Four Leaf y se me viene muchísimo trabajo por ese lado. Pero estoy muy contenta porque voy a poder trabajar a tiempo completo en algo de mi creación.
¿Qué le dirías a una gurisa que por ahí tiene sus cuadernos llenos de personajes y está soñando con dedicarse a crear cómics o novelas?
Que lo haga, ni que hablar. Y que no espere a que algo o alguien le diga que es buen momento para empezar, porque nunca va a ser un buen momento. Empezar es lo más difícil. Y si sigue trabajando en ello con constancia, cuando mire para atrás no va a poder creer la cantidad de cosas que creó casi sin darse cuenta.
Podés leer Four Leaf en http://fourleafcomic.com/es/
Ine
Me gusta todo lo que tenga que ver con las letras: leo, escribo, corrijo, vivo entre papeles y pantallas. No puedo vivir sin descubrir música nueva.