¡Quiero una mascota!
Te encantan los animales. Te morís por adoptar un gatito o un perrito, por tener una mascota a la que hacerle muchos mimos y que te haga compañía, por darle un hogar cálido a un bichito maravilloso. Te entiendo más que nadie, porque me enamoro de todos los gatos y perros que veo por la calle y me dan ganas de comprarme un campo gigante y llevármelos a todos para ahí… ¡tan solo un sueño
Pero no hay que olvidarse de que adoptar mascotas es una gran, gran responsabilidad. Es asumir el cuidado de un animalito que se va a encariñar con nosotros, que depende de que lo alimentemos, cuidemos y amemos. Por lo tanto, no es algo para tomarse a la ligera. Acá te paso algunos piques para tener en cuenta al momento de decidir tener una mascota.
Hablalo con tu familia
La tentación de agarrar a cualquier gatito o perro callejero y caer a tu casa avisando que hay un nuevo integrante es grande, lo sé bien. Pero esto no funciona para nadie: una mascota es una responsabilidad; necesita que estemos disponibles para cuidarlos y alimentarlos y requiere ciertos gastos económicos que no siempre se están en condiciones de afrontar. Además, exige un compromiso de todos los involucrados, porque se va a quedar con ustedes en forma permanente; no hay excusas para “devolver” o deshacerse de una mascota después.
Es importante que, antes que nada, charles con los adultos de tu casa y les cuentes tus ganas de tener una mascota, así pueden evaluar entre todos la situación. E incluso antes de eso, es necesario que hayas pensado bien en el tema y que realmente veas que vos podés hacerte cargo del animalito: quererlo y mimarlo es fácil, pero hay que darle de comer y beber, bañarlo, llevarlo al veterinario… Está bueno que seas consciente de lo que se necesita y que les demuestres a los adultos que lo sabés y que estás en condiciones de encargarte, que no va a ser una carga para ellos.
No compres, ¡adoptá!
Está lleno de perros y gatos que fueron rescatados de gente que los maltrataba o que un día decidió no tenerlos más (¿te entra en la cabeza?, ¡porque a mí, no!), de la calle o de cualquier otro tipo de situación en la que no eran cuidados o queridos.
Hay un montón de refugios que se dedican especialmente a rescatarlos, cuidarlos (incluyendo castrarlos y a veces vacunarlos) y darlos en adopción responsable: esto significa que toman una serie de medidas para asegurarse de que el animalito va a estar en un buen lugar y luego hacen un pequeño seguimiento para ver la adaptación del animal y de los humanos.
Acá ganan todos: tu familia no tiene que gastar dinero en comprar una mascota y vos no solo vas a tener al gatito o perrito más agradecido del universo (¡no sabés lo tiernos y amorosos que son los animalitos rescatados!), sino que además vas a estar más contenta sabiendo que salvaste a una criatura de un destino incierto y le encontraste un hogar lleno de cariño.
En Uruguay hay un montón de refugios, como Red Gatos, Animales Sin Hogar, Burakeras en Montevideo, Adrianuzca’s Cat Café en Maldonado (que además tiene un local en donde podés ir a merendar rodeada de gatitos, y el dinero generado va para el refugio) y, en general, en un montón de ciudades del interior hay organizaciones o gente que se dedica a rescatar y dar en adopción animalitos. ¡Averiguá en tu área!
¡Disfrutá!
Tener una mascota es hermoso. Si tenés la oportunidad, la disponibilidad y la responsabilidad, ¡hacelo! Tu corazón y el de tu mascota van a estar agradecidos por siempre.
Ilustración: Pitanga