Bullying es acoso
Seguramente alguna vez te hayas burlado de la nariz de alguna compañera o compañero, de la altura de alguien o de los pelos en las piernas de tu amiga. Estas actitudes se han ido naturalizando a lo largo del tiempo y es lo que hoy lleva el nombre de “bullying”.
En casi todos los ámbitos, ya sea el liceo, el club o el barrio, existen tres categorías de personas: los bullies —quienes le hacen bullying a otros—, las víctimas de bullying y los testigos del bullying.
¿Sabés qué tan dañino puede ser el bullying? Te contamos un poco más a continuación.
El bullying es acoso
Es importante que tomes consciencia de que el bullying es acoso, es violencia y está mal; y ser testigo, ya sea riéndote o al ver cómo alguien es acosado y no hacer nada al respecto, es igual de dañino que acosar.
El bullying puede dejar secuela no solo a quien es acosado, sino también al acosador. Surge cuando hay un desequilibrio de poder (por ejemplo, un niño es más fuerte que otro, o más popular) y, generalmente, se repite más de una vez. Pueden ser burlas, insultos, amenazas, comentarios sexuales no apropiados, excluir al otro, correr rumores, avergonzar a alguien en público, golpear, escupir, empujar, romper cosas de la otra persona…
¿Por qué es tan grave el bullying? Bueno, es bastante lógico pensar que no está bien insultar o golpear a otra persona. Pero además, el bullying puede tener efecto a largo plazo en la persona que lo sufre, ya que la autoestima se construye día a día. Por eso es importante cuidarnos y cuidar a los que nos rodean: aun si un compañero te cae mal, sea por el motivo que sea, el bullying nunca es la forma de comunicarte con esa persona. Y si alguien dentro de tus amistades se burla de otras personas, hablalo, visibilizá la problemática, ponele un nombre: acoso.
Los estándares de belleza: un motivo del bullying
Primero que nada, me gustaría que te detuvieras un ratito a pensar en los estándares de belleza, es decir, ese conjunto de características que la sociedad considera atractivas. La existencia de estos estándares crea conflictos con nosotras mismas cuando nos convencemos de que hay una fórmula de la belleza: ser flaca, alta, tener tetas (pero no tanto como para que sea “vulgar”), culo (tampoco debe ser excesivo), estar bien depilada y tener las cejas prolijas.
Pero te cuento un dato curioso: los estándares de belleza han ido cambiando a lo largo de la historia, y seguirán cambiando en el futuro, a menos que pase algo que, a mi parecer, es mucho mejor: ¡que desaparezcan por completo! La perfección, si es que existe, no se relaciona con la apariencia física. Ni el tamaño de tu boca, ni tu peso, ni tu altura definen lo que sos. Burlarse de otras personas por su apariencia física está mal siempre. Tus talentos, virtudes y actitudes frente a los demás son lo que importa a la hora de la verdad.
Es importante entender que nuestro aspecto físico no valida que nos hagan bullying; así como el aspecto físico de otros no valida lastimarlos.
Si querés leer más sobre el bullying a nosotras como mujeres, te invito a que leas esta nota de S Moda.
Y ya sabés: el bullying es acoso. No lo hagas. No calles cuando ves que otros lo hacen. Una sociedad mejor la construimos entre todos.
Ini
Ilustración: Majo