Tengo celulitis, ¡¿qué hago?!
Te voy a contar un secreto: la celulitis es normal. Ya te imagino pensando “Y esta, ¿qué dice? Ya sé que todas tenemos, pero es fea”. Así que si adiviné, te quiero preguntar por qué te parece fea. Alguna vez te miraste al espejo sin afirmar de antemano que los “pocitos” son horribles? Haceme caso, probá.
No podés eliminar la celulitis, pero en algunos casos existen formas de hacerla menos visible (esfuerzo que suele ser en vano). Seguro te decepcionaste, pero si a pesar de eso todavía no cerraste el artículo, voy a explicarte qué es la celulitis, por qué no la eliminás ni tomando seis litros de agua por día y qué podés hacer para disimularla (si al final de la nota no la amás como yo). Te aviso que soy #TeamCelulitis.
¿Piel de naranja? Yo quería ser otra fruta
Un bajón no ser una pera y tener la piel tersa, pero ta, es lo que nos tocó, somos naranjas. ¿Vos le dirías a una naranja que es fea? A mí me encanta su textura.
Celulitis es un término cosmético para una patología cuyo nombre técnico es lipodistrofia ginecoide. Las mujeres tenemos los depósitos de grasa en compartimentos por debajo de la piel, conectados entre ellos por el tejido conjuntivo. Cuando acumulamos grasa, esos depósitos crecen, pero lo que los une no, lo que causa la apariencia de “pozos”.
Probablemente has escuchado gente que no entiende por qué hay mujeres flacas con celulitis: eso se debe a la concepción errónea de que las personas delgadas no tienen grasa. La realidad es que todos los seres necesitamos grasa para sobrevivir (pequeño detalle que suele ocultarse tras las demandas estéticas), por lo que el cuerpo la almacena. En las mujeres, las zonas donde tiende a acumularse son muslos, cadera, abdomen, cola y senos.
Causas de la celulitis
El primer puesto se lo lleva el estrógeno, la hormona sexual característica del sexo biológico femenino. Por eso los hombres no suelen tener celulitis. Esta amiga, a la que le debemos nuestro sexo, cumple un rol muy importante en la distribución de grasa en nuestro cuerpo.
La herencia es otra de las causas de la celulitis, esa información genética que se traspasa entre generaciones y nos hace tener rasgos similares a los de nuestros familiares. Debido a que la circulación también influye en la aparición de celulitis y los problemas circulatorios tienen altas probabilidades de heredarse, ambos aspectos son decisivos.
El factor esencial es la propia composición de los tejidos en las mujeres. Ya habrás adivinado que esto es imposible de controlar o cambiar. Eso que expliqué un poquito más arriba de la grasa y el tejido que la une resulta ser la principal causa. Marchamos. Esto confirma mi afirmación inicial: la celulitis es normal.
Tipos de celulitis
Cuando me quejaba de tener celulitis una amiga me decía que “no tenía nada” comparado con sus “pozos”, que esos “sí son feos” por su tamaño y profundidad. Estas diferencias a la vista no responden a la suerte o desgracia de cada una de nosotras, se trata de diferentes grados de celulitis.
Básicamente son tres (podés encontrar la explicación en profundidad en este artículo:
● Limitada. Es la menos visible, es esa que tienen los bebés cuando les apretamos la piel. Casi no se nota. Es la que más casos presenta entre adolescentes.
● Difusa. Tiende a aparecer en todo el cuerpo. La piel adquiere aspecto rugoso. Es un cuadro clínico más complicado, ya que puede acompañarse de la aparición de várices e incluso dolor en la zona.
● Edematosa. Es el caso más grave. Suele aparecer en personas con cuadros clínicos de obesidad. Genera malestar por sus consecuencias en la salud, porque toda la piel sufre debilidad, lo que dificulta el movimiento. La piel es dura al tacto.
Todo bien, pero la quiero disimular. ¿Qué hago?
● Tené una vida activa. Lo ideal es que realices ejercicio físico con regularidad, pero si en este momento no encontrás tiempo, podés hacer cambios en tu cotidianidad, por ejemplo, subir las escaleras en lugar de usar el ascensor.
● Evitá el consumo de tabaco y cigarros. Los componentes de los cigarrillos son sumamente tóxicos.
● Evitá las prendas ajustadas. Afectan la elasticidad de la piel, por lo cual pueden agravar un cuadro celulítico.
● Mejorá la circulación utilizando el calzado correcto, caminando, dejando las piernas en alto un rato por día.
● Tomá mucha agua, evitá bebidas gasificadas y con alto contenido de azúcar. Disminuí el consumo de sal.
● Los anticonceptivos orales, por su carga estrogénica, contribuyen a la aparición de la celulitis. Esto no quiere decir que no los tomes, pero es importante saber qué efectos tienen las hormonas en tu cuerpo. Hablá con tu ginecóloga/o y preguntale por las opciones anticonceptivas, buscá datos y decidí con autonomía.
A todo esto, ¿por qué me parece fea?
Cuando todavía no viste una peli y ya te han dicho veinte veces que es mala, vas al cine predispuesta a que no te guste, ¿o no? Y si resulta que te encantó, quizá pienses “no estaba mal como decían”. Bueno, acá pasa lo mismo. Nos dicen todo el tiempo que la celulitis es horrenda. O que para ser hermosa se necesita una piel perfecta, tersa, suave; en el fondo, nos están instalando el mismo concepto.
No es superraro pensar que alguien haya notado la existencia de la celulitis en las mujeres, pensado en una forma de “quitarla” (que no es posible, repito) y hecho una maravillosa campaña publicitaria para que creyéramos que tiene razón y corriéramos a comprar su producto. Esta es mi teoría. ¿Muy descabellada? ¡Dejanos la tuya!
Ilustradora: Pitanga