Hermana, yo te creo
[opinión]
En estos últimos tiempos hemos visto cómo muchas mujeres —adolescentes, más que nada— se animan a contar una situación de abuso, acoso o violación en las redes sociales. Con valentía y miedo dan cuenta de su relato… y del otro lado existen muchas personas que las juzgan y otras que las apoyan. Capaz que viste por ahí la frase “hermana, yo te creo”, y es que dentro del feminismo creemos que es importante creerles a las mujeres. Hoy te quiero contar por qué.
“Si fuera verdad, habría denunciado”
Muchas de las gurisas que escrachan pibes son menores que pasaron por un mal momento, muchas de ellas no tienen la confianza suficiente en sus hogares como para contar esta horrible experiencia y recibir el acompañamiento adecuado, por lo que hacerlo a través del anonimato en una cuenta de Twitter puede verse como la única opción. Es su forma de soltar una mochila pesada que están cansadas de llevar.
Como vemos una y otra vez, la denuncia policial muchas veces no tiene respuesta: las pruebas tienen que ser materiales y estas situaciones se caracterizan por la falta de ellas. Además, la violencia y abuso sexual carecen de credibilidad en nuestro Poder Judicial y las víctimas son cuestionadas y culpabilizadas.
¿Y qué importa si yo les creo?
Creerles a las pibas es importante porque es a través del apoyo virtual que pueden darse cuenta de que no están solas y de que no fue su culpa. Que entrar a una habitación o tomar una cerveza junto a un varón no justifica lo que les pasó. Creerles es importante porque animarse a hablar no es fácil, y debemos apoyar a quienes se animan a hacerlo. Creerles es también una decisión política. Dejar de culpar a la víctima, al oprimido, para responsabilizar a los verdaderos culpables. Terminar con el “y bueno, qué esperabas”, como si tuviéramos que tomar como normal que los hombres abusen de nosotras. Creerles es creer en la sororidad como arma, o sea, que juntas podemos luchar contra el machismo y el abuso sexual, entre otras cosas. Creerles es afirmar que juntas nadie nos para, que juntas somos poderosas. Creer es cuidar a esa compañera que fue víctima de abuso, como tantas otras lo fueron y no han dicho nada.
Porque la falta de sí también es no
Escuchar y acompañar a gurisas que pasan por este mal momento es importante para quienes lo cruzan, hace que sientan compañía y sostén en una situación en la que muchas personas las van a estar señalando y van a estar apuntado que ella “dejó que le hicieran” tal cosa. Aunque no haya habido un fuerte rechazo físico, debemos entender que muchas veces cedemos porque estamos cansadas, dejamos porque tenemos miedo, permitimos porque nos queremos ir corriendo pero la fuerza no nos da. Y todos estos casos son abuso, sí. Dejemos de juzgar a quien no tiene que ser juzgada y empecemos a señalar a quien cometió el delito. Yo decido creerles a las pibas, ¿y vos?
Agus
Este artículo fue ilustrado por una colaboradora externa al equipo de Harta. ¡Sumate vos también! Acá podés encontrar un formulario para ponerte en contacto con nosotras.