«La otra»: una historia que se repite
Hay gente que las culpa por su fama o personalidad (léase el meme que muestra una foto de la princesa Diana y dice: “En un mundo de Kardashians, sé una Diana”. ¡Puaj!). Está bueno cuestionarnos por qué las responsabilizamos de eso. Yo celebro lo que han conseguido, como celebraría cualquier logro de cualquier mujer, pero hay cosas que no puedo dejar pasar.
Entiendo que una persona sin internet y sin acceso a los medios de comunicación no comprenda qué es la apropiación cultural o el concepto de sororidad (¡ya te vamos a contar más sobre estos temas!). El problema, es que las excusas no aplican cuando sos Khloé Kardashian o trabajás para ella.
Recientemente, la emprendedora se vio rodeada de hitos y disgustos: aunque a su marca Good American le va muy bien, tuvo una bebé preciosa que buscaba hace tiempo y su show de tevé en el que ayuda a la gente a perder peso va por otra temporada más (no soy fan, pero su mensaje es supuestamente empoderante), Khloé tuvo que enfrentarse a un circo mediático luego de que salieron a relucir algunas fotos y videos de Tristan Thompson (basquetbolista, su esposo) besándose y haciendo otras cosas con dos mujeres en un boliche (justo cuando ella estaba a punto de dar a luz).
No me imagino el momento horrible que debe de haber pasado esa familia, especialmente la ahora mamá, que por suerte tuvo un parto sin problemas a pesar de todo el estrés que estaba sufriendo. Ahora, la forma en la que se está lidiando con este escándalo es bastante cuestionable.
Una fuente cercana a Koko (como se refieren a Khloé) le dijo a la revista People que “todo lo que pasó con Tristan es poco sobre ‘engañar’ y más como que fue un momento de besos que no significó nada […] y no llevó a nada más. Y fue la culpa de groupies estúpidas que lo querían atrapar, y todos deberían superarlo.” Parece que el Team Kardashian se está enfocando en esta versión tan objetiva de los hechos (sarcasmo detectado).
Como en muchos casos, la culpa se transfiere de los hombros de quien engañó, estando en una relación monógama a la que se había comprometido, a dos mujeres cuyos nombres ni sabemos porque no son famosas, pero cuyas caras conocemos perfectamente por los videos y fotos del escándalo. Ellas son las groupies estúpidas y él solo un pobre tonto que cayó en las garras de dos ninfas demoníacas. Ellas no tienen forma de defenderse, él es millonario y famoso, con dinero más que suficiente para pagar guardaespaldas y publicistas. ¿Notás la diferencia?
¿Cuántas veces nos encontramos haciendo lo mismo? “Ella lo sedujo, es su culpa que él engañara a su pareja”, decimos sin pensar. Siempre la culpa es de la otra mujer porque crecimos con esa idea. Él es perfecto y nunca me va a engañar, pero si lo hace, la culpa es de la otra.
Por suerte, aunque esta fuente nos lo da a entender, nunca dice que estas sean palabras de Khloe, por lo que prefiero darle el beneficio de la duda a mi Kardashian favorita y pensar que, llegado su tiempo, ella lidiará con sus relaciones y espero (medio ingenuamente) que nadie más se meta.
Él, por su parte, intentará limpiar este lío que lo agarró en el momento más inconveniente. El lío que hizo él solito y que involucró a una familia entera que va a seguir en pie, seguramente, con o sin él.
Ary Globofóbica, amante de la imaginación, comediante y comunicadora. Busco destruir el patriarcado llenándolo de brillantina, vieron que es insacable. Le digo no a la gilada, y sí a la pizza y las pelis.