Yo elijo cómo querer
[Opinión]
Enamorarte no es perderte a vos
Conocés a alguien y te empieza a gustar. Con el tiempo, esa sensación es cada vez más fuerte, más intensa. Querés verle, contarle las cosas que te pasan, pensás qué comentará de un libro que leíste o un debate que tuviste. ¡Está demás! Pensar teniendo en cuenta a la otra persona es lindo si sale con naturalidad. Pero ojo con la idea de que otro individuo pase a ser tu mundo. Vos seguís siendo vos, con tus actividades, tus amistades, tu familia, tus espacios. No estás menos enamorada por seguirte teniendo presente, no te fusionaste con otra persona.
El amor no todo lo puede
“Y vivieron felices por siempre” se lo dejamos a los cuentos de fantasía. No existe un estado de felicidad absoluta del que no vamos a salir más; de amor, tampoco.
Amar no es menos verdadero por no aceptar todo. Parte de tener relaciones sanas es poder cuidarnos y cuidar a la otra persona, sabiendo que sentir amor no asegura que todo vaya bien o que todo nos guste. No estamos hechas a la medida perfecta de alguien más.
Idealizar no es enamorarte
La idealización parte del amor romántico, de la idea de media naranja, de la (para mí, peligrosa) idea de que en el mundo existen dos seres perfectos, el uno para el otro. ¿Nosotras somos perfectas?, ¿es sensato exigirle a otra persona que lo sea?
El enamoramiento se puede dar desde un lado más humano, sabiendo que al costado tenemos a alguien con una historia y vida propias, con ideas y conflictos.
Esperar que te quiera
¿Alguna vez escuchaste que nos gusta gente cuando no nos presta atención y si conseguimos acercarnos “se nos pasa”? Es una especie de mito urbano que deja la chance de coincidir en un ínfimo rincón. Todo ligado a esa idea de la persona ideal.
A nivel químico, cuando nos gusta alguien o nos enamoramos se nos llena el cerebro de dopamina. La persona se convierte en estímulo y segregamos más dopamina cuando no conseguimos recompensa (sí, una visión reutilitaria del amor, pero si leés el artículo que aparece linkeado, vas a ver que la magia existe). Por eso, cuando demora en contestar o te ignora de cualquier forma, puede que sientas que le querés más.
¡Ojo con esto! Enamorarse es sentirse bien, llenarse de dopamina y cosas lindas por una persona por quien es y por lo que nos hace sentir. Si hay frustración, si hay que aguantar cosas que no están buenas, si está la sensación de que no hay interés… quizás hay que frenar y revisar las cosas. Es realmente hermoso sentir que es mutuo, no merecés rogar que te quieran.
¿Y entonces?
No quiero caer en los determinismos que intento destruir. Lo que sí es enamorarse es lo que vos sientas. Para mí, es tener ganas de compartir con esa persona, contarle cosas que veo, que aprendo. Ir caminando, cruzarme con algo que le gusta y sacarle una foto para compartirlo.
No creo que sea una persona perfecta, mucho menos la persona perfecta para mí. Sonrío mucho y agradezco que sea parte de mi vida, porque es un ser lleno de luz que me enseña mucho y me ayuda a crecer.
Tomá estas palabras con pinzas, leelas con ojos críticos, porque nada que sea impuesto va a fluir. En mi caso, fue un proceso. Elegí no idealizar y me siento mejor así. Elegí pensar que nadie es suficiente para nadie, que somos seres que van aprendiendo y creciendo mientras viven, y que si en ese camino nos cruzamos con alguien con quien congeniamos, que nos ayuda a potenciar nuestra propia luz, con quien compartimos… entonces, es por ahí.
Colaboradora: Cachi