¿Hacer dieta? ¡Mejor cuidarse!
Llega el verano y empieza el bombardeo, en revistas, publicidades y redes sociales, de dietas que ofrecen bajar muchos kilos en muy poco tiempo. Parece que no hay forma de «llegar al verano» que no sea siendo súper delgada. ¿Te sentiste tentada a probar alguna de ellas? Si es así, tenemos algo que conversar.
Me parece increíble que todavía se pretenda de nosotras un estándar físico imposible de alcanzar, pero, al margen de esto, es muy peligroso que nos estén bombardeando con dietas mágicas que se presentan como la solución. Lo peor es que si estamos en una situación en la que tenemos que bajar de peso —y eso es algo que te tiene que decir el médico o nutricionista, nunca vos misma parada adelante del espejo—, nos vamos a ver tentadas a probar esas recetas mágicas.
Hacer dietas mágicas no sirve…
Todo el tiempo nos presentan dietas que parecen demasiado buenas para ser verdad… y, ¿sabés qué? Realmente no son verdad. Siempre parecen de lo más novedosas y apelan a algo muy básico del ser humano: querer lograr resultados inmediatos haciendo el menor esfuerzo.
Las dietas mágicas no solo no existen, sino que te pueden traer un montón de consecuencias negativas para la salud física y mental. Y, encima de todo, ¡no funcionan! Parece que sí al principio, pero enseguida tienen un efecto rebote que hace que recuperes muy rápido todo lo que perdiste, y a veces que aumentes todavía más.
O sea: te traen todo tipo de problemas y encima no logran el objetivo. No es negocio, ¿no?
¡Mejor cuidarse!
Cualquier persona que sepa de alimentación te va a decir lo mismo: lo importante es generar hábitos alimenticios saludables a largo plazo. Parece más trabajoso, pero la verdad es que es solo acostumbrarse: estamos tan habituadas a comer de una manera que al principio cuesta adaptarse, pero lo bueno es que los resultados (en salud y estética) se ven y se pueden sostener.
¿Qué me conviene hacer?
Primero que nada, consultá a un especialista. Doy por descontado que ya lo hiciste si estás pretendiendo bajar de peso, pero también está bueno que consultes si querés generar hábitos saludables. Sacá hora para un nutricionista, que te va a poder decir lo que sea lo mejor para tu cuerpo y tu salud: no hay una receta única, sino que lo mejor es que recibas un asesoramiento personalizado y que tengas un seguimiento, sobre todo al principio. Puede que tengas algún problema de salud que requiera una alimentación especial, como la enfermedad celíaca o la diabetes, o que necesites un plan de alimentación específico para cubrir tus necesidades de nutrición (si sos vegetariana o vegana, por ejemplo).
Además, tené en cuenta que la clave de todo es el equilibrio. Las dietas mágicas te privan de un montón de cosas; los hábitos saludables lo que hacen es que logres comer sano y balanceado regularmente, entonces ¡no pasa nada si te comés esa hamburguesa con fritas cuando salís con tus amigos!
De la mano de lo anterior: ¡eliminá la culpa! Esas dietas que vemos en las revistas hacen que nos sintamos culpables si no las seguimos a rajatabla. El enfoque es opuesto en cuanto a la generación de hábitos: es entender que estás haciendo algo saludable y bueno para vos misma y que, si lo mantenés durante la mayor parte de tus comidas, no tenés por qué sentirte mal si te desviás alguna que otra vez. No hay alimentos prohibidos ni malos, sino solo algunos que deben consumirse en menor cantidad o con menor frecuencia.
Si no tenés ningún impedimento físico, hacer algo de deporte o ejercicio siempre se va a combinar bien con la buena alimentación. Buscá lo que más te guste hacer, desde una clase de gimnasia o algún deporte hasta bailar o salir a caminar con tus amigos.
Y acordate siempre: no hay dietas mágicas con resultados inmediatos, sino opciones de vida saludables.